viernes, 20 de noviembre de 2015

Piercing

Una vez, le dije a una sumisa que me gustaría hacerle una marca o, en su lugar, un piercing. Hablé mucho con ella sobre esto y, ciertamente, tenía muchas ganas de saber su respuesta, lo que sentía sobre lo que sería un proceso muy íntimo, por no decir invasivo. Pero, desde el principio, no la dejé la menor duda de que la decisión la había tomado y la llevaría a cabo de acuerdo con mis deseos. Si un dominante no puede tener a su sumisa con un piercing de la manera que él quiere, ¿qué problema hay con esto?
Mi decisión era por un piercing horizontal en la capucha de su clítoris. Hice algunas indagaciones y este era el que más se ajustaba a mi fantasía desde hacía mucho tiempo y quería que lo tuviera la mujer que fuera mi sumisa. Físicamente, ella era adecuada para esto. No voy a entrar en detalles, pero algunas mujeres son de una manera y otras, de otra manera y ella es justo de la manera correcta para esto. Además, está cercana a mi fantasía.
¿Y qué es eso? Una mujer desnuda permanece quieta, con los brazos detrás de la espalda, las piernas separadas, su ingle empuja hacia adelante. El dominante lleva una cadena de plata con una pinza en el otro extremo, que se engancha al aro que está por encima de su clítoris. Él tira suavemente para ver si está seguro. Luego, se pone en marcha por la habitación llevándola por la cadena. Si en algún momento, se muestra reacia a ir hacia donde la dirige, o para hacer lo que él diga, tira de la cadena hasta tensarla, lo cual desencadena una obediencia instantánea. Finalmente, cuando él ha llegado a su punto, tal vez, ate la cadena al extremo de un radiador u otro punto fijo (lo ideal sería estar en una mazmorra con argollas de hierro incrustados en la pared, pero seamos realistas). Él ha atado las manos detrás de su espalda y, por lo tanto, está perfectamente posicionada para ser usada o abusada de la manera que él quiera.
En caso de que usted se esté preguntando si ella desea esto en gran manera (al menos, el piercing, todavía no lo habíamos hablado en detalles, lo cual la podría mentalizar). El mero hecho de pensarlo ya hacía que se humedeciera. Esto no quiere decir que no se sintiera extremadamente preocupada. Incluso, tal vez pudiera ser que ella tuviera un brote de sudor frío durante la noche al pensar en el dolor, la vergüenza o lo que fuere (por supuesto, yo estaría a su lado mientras se lo hacían y, sin dudar, haría algunas fotos). Pero, en el fondo, no percibía que ella tuviera mucho miedo.
“No tendrás más remedio que exponerte a que te lo hagan,” le dije.

3 comentarios:

  1. "Desencadena una obediencia instantánea" ya creo que sí...

    Buenos días, señor.

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  2. Creo que si es algo opcional muchas podríamos decir que no, justo por las razones que usted explica. Todo cambia cuando es una orden del Dominante, la preocupación no desaparece, pero un escalofrío de placer te recorre y sabes que vas a obedecer y estás deseando cumplir su orden, aunque por supuesto, no le dirás nada a él.

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  3. Horrible. No me parece bien algo así, si a la chica le da miedo. El hecho de complacer al Dominante puede confundir su verdadera valoración.

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