viernes, 24 de noviembre de 2017

No estaba segura de...

Ella quería asegurarse de que todo el chorro de orina era real.

Nunca habían hablado de ello. Usted sabe, todo ese tema de orinar… Mire, habían  hablado de un montón de perversidades, pero, de alguna manera, nunca de las croquetas y las albondigas.

Bueno, resulta que ella nunca se había orinado al ser masturbada de otra manera y era escéptica, sobre todo en ese tema (ella no había visto videos de mujeres orinándose en Tumblr, etc. Él nunca había buscado nada de esto hasta después de que su mágico coño decidiera eruptar bajo su orientación. 

Ella fue azotada adecuadamente durante un sesión interesante, larga e intensa, pero, al final, fue una sesión de azotes muy sensuales. Puesto que había sido muy buena, él decidió que iba a tratarla para que orgasmara. Así pues, la sacó de la cama por el pelo y guió su culo desnudo hacia el rincón donde le dijo que se arrodillara. Le vendó los ojos, ató sus manos y luego volvió con su vibrador. Puso ese magistral elemento de gemidos contra su clitoris expuesto y empezó a hacer su magia. La estaba tratando con intensidad, al mismo tiempo que sus pezones y su mente. Por supuesto, tuvo que recurrir a algunos tirones de pelo y unas bofetadas en la cara, como una buena medida. A veces, hasta el dominante más experimentado, necesita condimentar los momentos más calientes.

Sus gemidos eran cada vez más pronunciados y él estaba manipulando su coño como si fuera un cirujano perverso. El momento terminó con un crescendo de éxtasis saliendo de su boca y luego saliendo de entre los labios de su vagina.

Su cuerpo se tensó y ella manchó toda la alfombra con la mezcla de un jugo abundante y delicioso. Fue muy erótico verlo. Él sintió como que la había recompensado al azotarla tan intensamente.

Cuando luego ella le hizo saber que era la primera vez que orinaba con ese chorro, el pecho de él se dilató y su ego se infló. (Para ser honesto, él se sintió como un superhéroe perverso y deseando pegar su cara al coño de ella y hablarle, diciendo: “Sí, perra, te hice llorar, terminé jodiéndote." 

Antes de esa experiencia, ella no estaba segura de esa cosa llamada squirting. Una vez que le quitó las venda de los ojos, y la mezcla de sus flujos estaba allí mismo para testificarla, finalmente, ella tuvo su respuesta, y qué respuesta tan jugosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario