Puedes
sentirme a tu lado. Estás sobre la cama, desnuda, con las manos entre tus
piernas.
Estás
gimiendo, tus senos, agitados. Estoy a unos centímetros de tu oído, susurrando.
Mi voz es baja y seductora y, cuanto más hablo, más rápidamente mueves tus
dedos.
Finalmente,
echas la cabeza hacia atrás y, con un grito fuerte, alcanzas el orgasmo.
Relajada
en la cama, miras a tu lado, y solo hay un teléfono. Lo levantas hasta tu
mejilla y me dices: “Gracias.”
De
verdad, ¿estuve alguna vez allí o sólo en su mente?
¿Importa?
Tan verdadero como el orgasmo
ResponderEliminarSempre muito bom o gozo provocado pelo momento especial.
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