sábado, 19 de septiembre de 2020

Los beneficios mentales y emocionales

Hace una semana, leí un artículo titulado: “Las estadísticas se están convirtiendo en un verdadero dolor para mi trasero.” La mayoría de los artículos trataban sobre las luchas de las sumisas con los tipos de estadísticas y cómo algunas las odian y no las comprenden. Pero, ese no era el tema principal del artículo, al menos, no para la autora. Pues, por mucho que ella estuviera luchando y estresándose por eso, fueron las palizas de que le daba su padre en su infancia y adolescencia, las que le ayudaron a concentrarse y volver a la normalidad. 

Todas las personas que estamos involucradas en este estilo de vida, lo estamos por muchas razones. Todas, insisto, todas obtenemos algo de esta forma de vivir y necesitamos cosas que nos ayuden a mantener el equilibrio y sentirnos lo mejor posible. Sin ellas, sentimos que nos falta algo. Hay un vacío. A veces, son los mismos aspectos físicos lo que necesitamos. Otras veces, es la calma mental y emocional que nos da y, en otros momentos, es una combinación de todo.

 Por mucho que todos leamos y contemplemos los aspectos sexuales de este estilo de vida, no siempre se trata del sexo. Es lo hay detrás del sexo en lo que prosperamos. Es el poder y el control lo que nos impulsa. Para algunos, es el estar renunciando a ese poder y control. para otros, es tenerlo y poder ejercerlo. Sí, eso puede provocar el juego sexual y la excitación, pero es el poder, o la falta de él, lo que más necesitamos.

 En el caso de la autora P. Surren, no tenía nada que ver con el sexo y creo que, en la vida cotidiana, llevamos dentro este estilo de vida, que es típicamente el caso. Es estar en nuestros roles y lugar el uno para el otro dentro de nuestras relaciones. Hay sumisas que necesitan la orientación, el liderazgo y la dominación de su pareja y, existen dominantes que necesitan ser capaces de liderar, estar en el control y conseguir la sumisión de su pareja. Cada uno trabaja para ser lo que el otro, o la otra, necesita. Cada uno se alimenta del otro. Necesitamos ese intercambio de ida y vuelta para poder ser quienes somos, sentirnos bien y estar equilibrados y centrados… sentirnos enfocados.

Para P. Surren, ella estaba fuera de lugar, no podía concentrarse y estaba realmente estresada pasando unos momentos difíciles. Su dominante lo reconoció, la llamó a su lado y le propinó el azote que ella necesitqaba para poder liberarse del estrés, clarificar su mente y volver a su normalidad. ¿Qué es un azote en sí? Por casualidad, ¿dio su dominante un paso adelante, tomando la iniciativa, reconociendo su problema y tomando medidas con su posición dominante? Creo que fue una combinación de ambas. Eran ambas cosas lo que ella necesitaba para aliviar su estrés, poder sentirse más ella misma y volver a estar equilibrada.

Creo que esto habla en voz alta de la esencia de lo que es este estilo de vida y lo que significa para nosotros. No se trata solo del sexo, las ataduras o el juego salvaje. Se trata de la paz y la serenidad que nos brinda. Se trata de los beneficios que vemos a nivel mental y emocional al participar en una relación de intercambio de poder. De ninguna manera, es esto lo que a todos les gustan o necesitan, o es para todos. Sin embargo, creo que la base es casi la misma para todos nosotros. Se centra en el intercambio de poder y los roles de la relación, y cuánto necesitamos realmente eso en nuestras vidas. Ayuda a proporcionar el equilibrio que necesitamos para sentirnos como nosotros mismos a través de la expresión de este toma y daca de Poder y Dominio.

 Ciertamente, esto tampoco está orientado sólo para la sumisa. Creo que esto es muy necesario también para el Dominante. Por mucho que la sumisa necesite sentir ese poder sobre ella, el Dominante necesita sentir su poder y control y saber qué se espera de Él, aceptado por Él y que este tipo de acciones aportan grandes beneficios para su sumisa. En el caso de P Surren, estoy seguro de que su Dominante gozó tanto de sus azotes como ella. No hay mejor sentimiento para un Dominante que la satisfacción de ver a su sumisa contenta por su dominación, y saber que ésta es así, gracias a Él.

 Todos ganamos con esto, tanto el Dominante como la sumisa. Los beneficios mentales y emocionales para ambos son enormes. Y cuando todos estamos contentos y felices, el resto de la relación podrá florecer e ir a más, también. Por lo tanto, ve a azotarla, o a cualquier actividad que prefieras y encontrad vuestro equilibrio y felicidad. ¡Te está esperando!


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