Leyendo encontré un tema muy interesante
en algunas de mis lecturas. Lanzo un moneda sobre mucho de lo que escribo, acerca
de las emociones de las sumisas, la comprensión y aceptación de quién y ella
es. El tema que me ocupa hoy, trata sobre el dominante y cómo reconcilia sus
deseos sádicos, a la vez que es una persona cariñosa y afectuosa en la vida, en
un sentido general, e incluso, en un sentido dominante. Creo que vale la pena
que le dedique unas líneas.
Este es un tema muy interesante y del
que no he hablado. Así como, puede ser difícil para una sumisa conciliar su
necesidad de someterse o su necesidad de dolor, puede ser difícil para un
dominante conciliar su necesidad de dominar e infligir dolor. Para nada, estoy
admitiendo que, en ocasiones, he tenido esta batalla interna. Por un lado,
quiero hacerle sentir que es amada, cuidada y haciéndola saber que está a salvo
y segura conmigo. Por otro lado, tengo el deseo de superar esos límites,
infligir algún tipo de dolor y hacer que lo soporte por mí.
Me considero un hombre apasionado y
afectuoso, pero a veces, también disfruto siendo agresivo y presionándola con
mi lado sádico. Una sumisa necesita ser cuidada, apreciada y todo el apoyo que
puedas darle. Ella también necesita mi fuerza y sadismo para ayudarla a sentir
y ser quien ella necesita ser. ¿Es esta necesidad interior suya la que me ayuda
a sacarla de mí? Me siento cómodo sabiendo que ella lo necesita y requiere mi
naturaleza sádica, al menos, a veces. No significa que lo necesito todo el
tiempo, pero algunas veces, sí.
Creo que, así como las sumisas tienen
que aceptar que está bien querer estas cosas y este estilo de vida, lo mismo se
aplica al dominante. Éste tiene que llegar a comprender que, no sólo está
lastimando a una persona, sino que tiene un propósito. Sí, él puede encontrar
placer en esto, pero ella, también. Sin embargo, él también está siendo lo que
ella necesita que sea. Está intensificando y siendo el dominante que necesita
ser para sí mismo, y ella necesita que lo sea. Satisface una necesidad y un
propósito para cada uno de ellos.
Sin embargo, tengamos en cuenta que todas
sus acciones se realizan con consentimiento. En ningún momento, debe alguien
participar en estas acciones en contra de su voluntad o el consentimiento de la
otra persona.
Después de tus momentos de placer
sádico, este es el momento para consolarla y ser el dominante cariñoso que
eres, o debes ser. Este es el cuidado posterior que ella necesitará y cuando
más le necesitará. Este es el momento en el que puedes dejar que tu lado más
amable brille y ser el dominante afectuoso que ella conoce y ama. Muéstrale que
no sólo la estás usando para conseguir tus placeres sádicos. Que tú también
necesitas abrazarla, acariciarla, mostrarle cuánto te importa y lo que ella
significa para ti.
Todo esto es parte del yin y el yang de la D/s. Cada uno de ustedes le
da a la otra parte lo que necesita y le ayuda a alcanzar su potencial.
Por lo tanto, no tengas miedo de tu lado sádico dominante. Abrázalo.
Sólo debes asegurarte de que ella está de acuerdo con tus deseos y que
sus deseos y necesidades coinciden perfectamente con tus intenciones.
Esta es una de esas áreas, donde tu sumisa puede ayudarte a crecer y
expandir y aprender más sobre ti. Ella puede mostrarte el lado que
necesitas ser para ella y saber que está perfectamente bien siendo de
esta manera. Sí, una sumisa puede enseñar a su dominante y puede hacerlo
para mejorarlo para los dos, y eso es algo hermoso.
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