Me encantan los traseros. No hay nada como un buen trasero firme, pero no son los traseros masculinos a los que me refiero, puesto que en los que estoy pensando son de tipo femenino.
Creo que probablemente sea una de las partes favoritas de la forma femenina, si no, la que más. Ya sea guardado en un estuche textil de un par de vaqueros bien ajustados, bragas de encaje erótico o, más sencillo todavía, hermosamente desnudo para que todos lo veamos. No hay nada como el trasero de una jovencita para llamar la atención. Admito que me encantan, cuando me llaman la atención. Por ejemplo, el otro día estaba en el supermercado haciendo mis compras y ella deambulaba por el pasillo frente a mí. Llevaba un pantalón negro elegante y bien ajustado, que se ceñía perfectamente al entorno de su trasero. No pude evitar mirar, mientras ella caminaba lentamente delante de mí y todas los pensamientos sobre el cereal que yo estaba buscando, desaparecieron de mi cerebro, cuando ella dobló la esquina al final del pasillo y desapareció de mi vista. Suspiré y dejé que mi mente divagara.
Ver un trasero como ese, me hace pensar, preguntarme cómo sería pasar mis manos por encima, cómo ella reaccionaría si le dijera que pensaba que tenía un culo muy bonito, si ella había besado alguna vez a un hombre, o había sido besada por una chica. ¿Se preguntaría ella como sería? ¿De qué color son sus bragas? O incluso, ¿si lleva puesta alguna? Y no puedo ver un trasero tan seductor como ese y no llegar a preguntarme qué tesoro encierra. Si me arrodillara detrás de ella y lentamente le bajara las bragas y pasara mis manos por su culo masajeándolo y amasándolo, y luego deslizara mi mano entre sus muslos, ¿qué encontraría? Verás, para mí, un buen trasero es sólo esconder el tesoro que se encuentra entre sus muslos y siempre me pregunto qué encontraría allí, si está bien recortado o completamente afeitado. Y si profundizara más, ¿lo encontraría mojado?
Me encanta la forma en que un buen trasero acentúa la cintura y los muslos en una mujer joven, la forma en que se curva desde la espalda y luego se desliza hacia los muslos, la forma en que se mueve cuando camina, incluso, cómo se ve vestida por completo. Por lo tanto, y con más razón, se le puede decir a una mujer que lleva su pantalón bien ajustado, la confianza que tiene en su cuerpo y caminar con ESE andar.
Por supuesto, un trasero hermoso encajado en una ropa interior gloriosamente erótica es aún más tentador para muchas mujeres. He observado que los ojos de ellas siempre se sienten atraídos por esas imágenes. Incluso, por las que aparecen en los anuncios de lencería captan su atención y despiertan sus pensamientos de lujuria perversa. Cuando un buen trasero está encajado en unas buenas bragas, bueno, las bragas solamente deberían servir para realzar lo que ya es bastante glorioso. Deben quedar bien, pero demasiado apretadas para que se claven y dejen una línea. Deben envolver el paquete, dejándote con las ganas de desenvolverlo, o si las braguitas son particularmente buenas, deberían hacer que quieras dejarlas puesta, mientras descubres más con tus dedos o lengua.
Luego están las fotos de ella desnuda y me encanta cuando lo que yace entre sus muslos es apenas visible, asomando desde el trasero sexy que ahora está expuesto. Por supuesto, una vez desnudo, es necesario volver a vestirse, y tengo que decir que un trasero vestido con unas rayas sexy o el brillo cálido de una impresión firme de la mano siempre garantiza que la hará gruñir.
Así que ahí lo tienes, me encantan los traseros, culos, nalgas, o como quieras llamarlos, soy un fan… y, por supuesto, doy por hecho de que cada mujer está muy orgullosa de su trasero.
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