lunes, 29 de octubre de 2012

¿Cómo son sus manos?


Hace algún tiempo, una sumisa me hizo esta pregunta.

¿Mis manos? En verdad, nunca he pensado nada sobre mis manos. Supongo que son manos normales de hombre. Trabajo con mi ordenador durante casi todo el día, por lo que no son callosas ni ásperas. Algunas mujeres me han dicho que les gustan. Pero, nunca he comprendido, ¿por qué, exactamente, las hacen especiales? Cada una tiene cinco dedos y no son muy pequeñas pero tampoco, demasiado grandes. Diría que viriles.

Mis manos son muy sensibles y el tacto es un sentido primordial para mí. Me gusta decir que veo a una mujer con mis manos. Me gusta la suavidad y tiendo a preferir a una mujer con las piernas desnudas más que llevando panties porque las medias tienden a tener una textura áspera, nada tan suave como su propia piel. En el mismo sentido, un suéter de Cachemira o, mejor aún, un vestido de Cachemira, es pura criptonita para mí; mis manos no dejarán esa Cachemira suave hasta que se la quite. Lo digo en serio. Pon Cachemira sobre unos pechos suaves y mi cerebro caerá rendido.

Mis dedos disfrutan mucho con el interior de una mujer; yo la penetraré en cualquier lugar y de la manera que pueda. Me gusta porque, aunque el glande es extremadamente sensible, no transmite detalles. Puedes sentir la temperatura de una mujer, su humedad, su suavidad y cortocircuitará su cerebro, pero no puedes decir lo que ella siente por dentro. Mis dedos me permiten explorarla y admirar su cuerpo por dentro y por fuera. No puedo creer que la gente no pueda encontrar el punto G. No habrán hecho muchas exploraciones. Hay todo un mundo a explorar en el interior de una mujer.

Cuando estoy excitado, mis manos  viajan hasta la garganta de una mujer, para cogerla y asegurarme de que no se puede escapar. No siento la necesidad de ahogarla, pero la dominación simbólica de tener su garganta vulnerable entre mis manos, me sienta increíblemente muy bien. También disfrutan de la elasticidad de los senos y han sido culpables de tirar y retorcer los pezones entusiásticamente. Soy un hombre que ama los pechos, así que estoy, más o menos, por todo los sitios.

¿Azotar? Puedes apostar tu culo. (Es cierto, no podrás resistir la tentación.)

Con respecto al tema de la suavidad, estoy fascinado por el cabello de una mujer y mis manos encontrarán el camino para acariciarlo, sí, tirarle también de su cabello. Es tan satisfactorio controla por sus pelos  la cabeza de una mujer cuando la besas. No me importa que ella se aleje o no, yo no voy a correr ningún riesgo. Además, es tan placentero.

Supongo que, en general, soy muy delicado con una mujer. Todo ella es suavidad y tersura y no puedo conseguir bastante de eso. Dibujar distraídamente los huesos de su cuello y de su collar, pastar en sus mejillas con mis nudillos, acariciarle el pelo,  sosteniendo su muñeca o su mano…

1 comentario:

  1. Es hermoso Señor Ben Alí , recuerdo que alguna vez yo también pregunte por unas manos que no conozco y que me encantaría hacerlo. Tampoco resistiría la tentación.

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