Eres mi tesoro

Eres mi tesoro y es importante que lo sepas.

Cada aspecto de nuestra relación se basa en el concepto de que eres mi tesoro. Le hablas a mi sentido de que soy tu propietario, mi sentido del derecho que tengo sobre tí, mi derecho sobre tí, mi impulso irresistible, incluso con el derecho de usarte a discreción.

También se trata de mi responsabilidad de cuidarte y protegerte, mi deber de garantizar tu bienestar y satisfacer tus necesidades, mi obligación de ordenarte y negarte y guiarte y liderarte con seguridad.

Eres mi tesoro. Se trata de lo importante que eres para mí. También dices que eres mía y que me perteneces. En adelante, ya no te perteneces. Por otra parte, ya has dejado de ser de tu propia propiedad.

Esta no es una relación de iguales. Voy a coger de tí todo lo que tienes que dar  y  cuando pienses que no tienes nada más que darme, te exprimiré al máximo.

Soy lo suficientemente arrogante para creer que a través de mí, tomaré lo que necesito y quiero de tí, y encontrarás tu propia satisfacción y satisfarás tus propias necesidades. Pues, al pertenecerme, al ser poseída por mí, encontrarás la libertad a través de la paz mental, libertad para ser quien eres realmente y, al caer la máscara que llevas, protegerte a tí misma.

Esta no es una relación de igualdad. No somos lo mismo. Tú me perteneces y yo te pertenezco. Sin embargo, somos igualmente importantes. Y tú eres el tesoro y yo soy su cuidador. Tu rol es ser la fuente de la belleza que nutre calidez y mi rol es que puedas hacer y ser todo lo que puedes ser para mí.

Espero que te sometas a mí. Reconozco que es algo que puede ser duro para tí hacerlo de vez en cuando y no tengo en cuenta tu resistencia, como una cosa negativa.  Juntos encontraremos la razón de tu resistencia y la trabajaremos. También, es muy importante que te sientas libre para expresar, de verdad,  cómo te sientes en cada momento.

Espero que seas una cómplice dispuesta en tu propia depravación, en tu propia violación, en tu propia inmundicia. También espero que seas una colaboradora interesada en el resto de nuestra relación.

Esta no es una relación de igualdad. El concepto de equidad no tiene cabida aquí. En cambio, nos esforzaremos por la armonía y para satisfacernos las necesidades el uno al otro, a la vez que, reconocemos que nuestras necesidades son ampliamente diferentes. Tú necesitas que yo sea agresivo e invasivo, mientras que yo necesito que seas sensible y receptiva.

Me comprometo a usarte y cogerte, tal como tú te preocupas de mí y me nutres. Soy un sádico y como tal, te haré daño. Sin embargo, no te haré heridas. Siempre sabrás que son placenteras para mí porque yo simplemente tomo lo que necesito y quiero de tí, cada vez que lo necesite o lo desee. No te estoy dando la opción de rechazarlo. Eres mía y te voy a usar a discreción.

Me comprometo a velar por tu bienestar, te protegeré y te tendré a salvo y nunca te abandonaré. Haré daño a tu cuerpo, pero no le haré daño a tu corazón. Soy tu casa, al igual que tú eres la mía. Eres mi tesoro y me perteneces y te considero de mi propiedad. No te compartiré y no voy a desperdiciar lo que me das. Si, bajo mi punto de vista, te sientes insegura conmigo o sientes que estoy descuidando tus necesidades (sin embargo, no como siempre), debes decírmelo de una vez y encontraremos la manera de volver a la pista juntos.

Me comprometo a respetar todos los límites que me solicites observar y que haya acordado contigo. Recuerda que no puedo tener un límite y andar con cautela en torno a un tema, a menos que me lo expliques. El flujo de conversación libre entre tú y yo es de suma importancia.

Espero que seas honesta y directa con lo que piensas y lo que sientes. No permitiré que me tengas al margen de tus secretos, incluso de aquellos que pudieras pensar que sirven para mantener la armonía de nuestra relación.  No voy a darte la autonomía para que tomes esa decisión.

Me comprometo a conocer tu mente, tu corazón, tu cuerpo y usar ese conocimiento para para dominarte y mantenerte segura. Usarás las palabras de seguridad cada vez que lo veas apropiado para aumentar mi propio sentido de tu estado emocional y físico. Ten en cuenta que las palabras de seguridad no son para usarlas cuando quieras. No voy a darte permiso para dejar de usar esas palabras unilateralmente, no importa lo mucho que confíes en mí. Las palabras de seguridad solamente se pueden prescindir, si estamos de acuerdo en seguir usándolas o no.

Eres la cuidadora y nutriente de nuestra relación y espero que prestes atención a mis gustos y disgustos y proactivamente me hagas la vida más fácil y más agradable. A menos que me pidas algunas instrucciones, espero que averigües las cosas por ti misma. Eres una mujer adulta y espero que puedas usar tu considerable inteligencia e imaginación y tus recursos para llegar a ser la mejor sumisa posible.