martes, 15 de octubre de 2013

¿Por qué ella quiere ser sumisa?





La importancia de la sumisión

 

En mis conversaciones con mujeres sumisas,  hay algo que destaca de manera prominente y que muy pocos hombres se dan cuenta  de la importancia que la sumisión tiene para ellas. Es mucho más que una experiencia física, es una conexión emocional con usted tan significativa que lo lleva en su propia alma. A pesar de que la D/s suele ser muy ligera, espontánea y, algunas veces, tratada como un pasatiempo especial y sensual, para ella, es lo más real en su vida. No es un juego. Tratarla como tal, es hacerla una gran injusticia porque se trivializa su más grande expresión del amor.

 

No todas las mujeres quieren ser sumisas las veinticuatro horas del día. Estas palabras están escritas para el hombre lo suficientemente afortunado que ha encontrado una mujer que es sumisa. Intentaré expresar tanto sus sentimientos de sumisión como pueda y aportar ideas sobre cómo tratarla para que ella sienta que ser sumisa es una parte intrínseca y natural de su vida diaria con usted, en tanto cuanto que es un elemento intrínseco de su ser.

 

La sumisión es erótica

 

Antes de que me pierda en alguna de las razones por las que ser sumisa es un deseo poderoso, quiero dejar claro que ser sumisa es extremadamente erótico. Ello toca su sexualidad de una manera muy poderosa y cuando se combina con todos los aspectos mentales, emocionales y físicos de una relación, a menudo, puede ser la experiencia más intensa y gratificante y emocionalmente sexual que una mujer pueda tener. De hecho, muchas mujeres me han confiado que tienen miedo de la intensidad de su energía sexual. Temen que, en caso de que revelaran la magnitud de su excitación sexual al ser sumisa, no serían comprendidas. Con frecuencia, la más pequeña de las miradas u órdenes las dejarían empapadas por la excitación sexual. Como su Dominante, el placer de este deberá extraer cada matiz del placer sexual de ella.

 

Cuando se entrega a su Dominante por completo, también le está dando la libertad de explorar las profundidades de su sexualidad y pasión, para tomar el sitio por donde ella no puede ir sola, tener experiencias que probablemente ella ni siquiera pueda pedir. Ella depende de usted, su Dominante, para darle el impulso y superar cualquier resistencia que usted pueda encontrar.

 

Para traspasar esa resistencia, es esencial su fuerza y comprensión como Dominante. Si te echas para atrás en vez de alentarla a seguir adelante (con los azotes o alabándola) ella no será capaz de explorar sus propias profundidades. Ella necesita su amor y apoyo incondicional para sentirse segura, para ir donde no puede ir sola. Al abrirle sexualmente su cuerpo para usted, también le está abriendo su corazón y su alma.

 

A pesar de cambiar rápidamente, la mayoría de las mujeres han sido educadas para avergonzarse de sus sentimientos sexuales. Estar con un Dominante que valora lo suficiente la sexualidad natural de una mujer para ir más allá de donde la mayoría se para, es una experiencia extremadamente liberadora para la sexualidad natural de la mujer. También toca su deseo de ser capaz de revelarse a sí misma como realmente es, al ayudarla a eliminar su condicionamiento falsamente impuesto. Incluso, si ella no puede pedirlo, es importante comprender que la sumisa quiere superar su resistencia, tanto como el Dominante la quiera.

 

A medida que su relación crece y ella se siente más cómoda y confiada al saber que usted comprende sus sentimientos, a ella, le resultará más fácil admitir ciertos deseos sexuales con usted. De vez en cuando, tener que decirle sus fantasías “secretas” o darle la obligación de que le escriba una breve fantasía. A menudo, es más fácil expresar algo por escrito que tener que decirlo verbalmente.

 

Otra manera de liberar su sexualidad es que le tenga que admitir una cierta actividad que sea excitante para ella. Si la azotas eróticamente, pídale que le diga cuánto le gusta.

 

“El pedir” puede ser también otra manera de animarla a expresarse por sí misma. Si usted sospecha que ella disfruta el juego anal más de lo que pueda admitir, mantenga el plug anal contra su agujero, pero no lo inserte hasta que ella le “pida” que se lo inserte en su interior. De esta manera, usted está “forzándola” a admitir lo que ella quiere hacer, pero que es demasiado vergonzoso para ella el tener que compartirlo con usted.


Ser cuidada

“Siempre me ha parecido que los artículos sobre la D/s son muy excitantes. Descubrí que la fuerza y las órdenes de los hombres son muy eróticas. Aunque ser “cuidada,” ha sido la cosa más maravillosa del mundo. Los Dominantes con los que he hablado me han preguntado sobre esto, yo siempre les digo que no es el ritual (aunque me gusta el ritual) o el castigo que estoy buscando, es la libertad de no tener que estar en el control, no tener responsabilidad. Supongo que es debido a que, en la mayoría de mis círculos sociales, soy la persona que espera tener todas las respuestas,” me comentaba una sumisa

Una mujer quiere que un hombre sea fuerte, la proteja y vele por ella. Quiere ser capaz de relajarse en la seguridad de sus brazos y en el mundo que él ha creado para ella. Si usted puede hacer eso por una mujer, verá algo dentro de ella que florece y crece y usted se maravillará con el tesoro que ha descubierto y que siempre estuvo dentro de ella, pero que nunca se sintió segura de revelar, por el miedo de que, si lo hiciera, no sería apreciado el increíble regalo que es, al saber que ella tiene su amor, su cuidado y su atención.

Parte de su sensación de ser cuidada por usted, es saber que ella tiene ciertas reglas y límites. Si los incumple, ella espera ser disciplinada. Cuando usted corrige su conducta con un castigo de cualquier clase, suceden varias cosas. La primera es que usted la cuida lo suficiente para corregirla. Es demostrarle que tiene su atención y que la está observando, asegurándose de que hace lo que es mejor para ella.

Si se tratara de una tarea u orden que ella desobedeciera, entonces, su castigo no deja ninguna duda en su mente de que ella debe obedecerle y que la permite sentirse segura en su sumisión a usted. Si le establece unas reglas que nunca comprueba de que se cumplan, su mensaje hacia ella es que no vale la pena esforzarse para ver que ha desobedecido. Inconscientemente, usted le está diciendo que ella no se merece su atención. Esta falta de cuidado puede tocar muchas emociones que la transporten a su infancia…

Esta es una zona donde la formalidad de los roles de la D/s pueden mejorar una relación de una manera increíble. Como Dominante, usted quiere que sus normas se cumplan y ella quiere obedecerlas y su deseo por agradarle, reconocido. Si ella pasa por alto una norma, por regla general, es una prueba para ver si usted se preocupa lo suficiente y, para usted, es una oportunidad para demostrale que a ella no le está permitido salirse con la suya. Contra más estrictamente la supervise, más sentirá su atención y más feliz será ella.

Desnudando las pretensiones

“La experiencia real, me parece que cuando el Dominante y la sumisa (cada uno a su manera) les revelan el uno al otro por completo y con total confianza, que serán aceptados exactamente donde ellos están. No tenemos el derecho a esperar que nuestra persona admire nuestros rasgos singulares, pero tenemos el derecho a un amor incondicional. Podemos encontrar a gente que estén pretendiendo que son alguien que no sean lo que son en cualquier otro lugar, el objetivo de la D/s es despojarnos las prentensiones, los pequeños secretos sobre nosotros mismos, de que estamos convencidos de que nadie nos podría amar, si ellos lo supieran.”

La siguiente conversación puede darle una mejor idea de cómo el intercambio de poder y la confianza de ella en usted, la permite encontrar su verdadera esencia:

Yo.- Es todo un intercambio de poder. La sumisa tiene montones de controles, pero la emoción que provoca la hace ir a nuevos lugares dentro de sí misma.

Ella.- Honestamente… No creo que en una buena relación D/s, la sumisa tenga el control. Mi Dominante me enseñó que él podría hacerme cosas que yo juré y que, inicialmente, no tenía ningún interés en desear. En realidad, él me controla, porque se encontró con que yo no siempre podía encontrarme a mí misma.”

Una transición hacia el otro lado de una misma

Un aspecto maravilloso de la sumisión es que es una maravillosa manera de escapar de tí misma. La transición hacia otro lado de tu personalidad puede ser muy excitante y, algunas veces, difícil, pero que es parte de la emoción. Durante el día, los diferentes aspectos de nuestra personalidad entran en la cabeza al movernos de un rol a otro. Por ejemplo, puede haber una gran diferencia en la personalidad de uno en el trabajo, en comparación con la del hogar. Mantener estas funciones requiere una gran cantidad de energía psíquica que con el tiempo puede ser agotadora. Entre los grandes atractivos de la D/s, está este equilibrio de energía y experimentar el papel contrario.

En el trabajo, tu sumisa puede ser muy poderosa, dominante y asumir muchísima responsabilidad. Ser madre en el hogar es tremendamente exigente y requiere una gran cantidad de energía al cuidar y supervisar a los niños. Si ella ha pasado el día instruyendo e inspeccionando a los demás, puede desear la transición desde esa posición de autoridad a otra de servidumbre. Cuando ella puede convertirse en su sumisa, recibe una escapada relajante de las tensiones de su vida. Ella puede renovarse por sí misma, una vez más, al convertirse en una mujer que es amada y cuidada. En lugar de tener que lidiar con el estrés de las decisiones, puede entregarse a su Dominante y hacer exactamente lo que la dice, sabiendo que está bajo su protección y cuidado.

1 comentario:

  1. Quién es uno y quién el otro y la importancia de desempeñar bien lo que por decisión propia ambos aceptaron, la comunicación y la confianza juegan un papel muy importante dentro de la relación, porque gracias a ellas la sumisa puede ser totalmente sincera con su Dominante y expresarle lo que le asusta y lo que le cuesta más trabajo de realizar, por todos esos tabúes que nos implementan como chip en nuestras mentes, la unión se da, no me cabe duda de eso, pero se requiere de calidad de tiempo y dedicación por parte de los dos.

    Si ella quiere ser sumisa es porque así lo siente y si ha entregado toda su esencia a alguien es porque sabe que cuidará de ella, no vale dar un paso adelante y dos para atrás, siempre firme uno como obediente el otro.

    Saludos

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