jueves, 3 de septiembre de 2015

"¿Lista para saborear el sabor de mi pecado?"

El silencio de mis palabras perfora la tranquila soledad del aire de la noche, enviando escalofríos que la barren a través de su piel.
Su respiración vacilante, en picado y acelerada. Sabe que lo inevitable está cerca. Mi respiración calienta la parte posterior de su cuello y su cuerpo se estremece en un placer delicioso.
La calma, antes de la tormenta. Mis dedos se deslizan a lo largo de sus brazos, a lo largo de su espalda y acarician su mejilla suavemente.
Ella lo quiere, lo anhela.
Mis palabras cuelgan como aliento helado en un día de invierno, persistentes, mientras invaden su alma.
Mis manos copando sus pechos y paciendo en sus pezones, forzando un gemido silencio de sus labios.
Brillando y sudando, mientras  su cuerpo inmóvil se deleita en mi mirada, en mi caricia.
Ella quiere más, pero no puede.
Se ha entregado por completo a mi voluntad.
Su boca babea, mientras la rodeo para besar con delicadeza sus labios expectantes.
Una sola palabra se escapa de su boca.
“Por favor.”
Con una sonrisa malvada, la despojo de su sujetador y lo tiro sobre la mesa y presiono su cuerpo.
Tiro de su pelo y me inclino sobre ella con una sonrisa pícara.
Mientras hablo, gruño forzadamente.
“Pídemelo de nuevo y te dejaré mojada y sin sentido. Sé una mujer buena y te mostraré las estrellas hasta que tu voz deje de gritarme tan fuerte.”
Le arrancaré sus bragas y temblará con su deseo.
Gruño una vez más.
“¿Estás preparada para saborear el placer de mi pecado?”
Con un empujón, y un gemido, todo se desvanece en el camino hacia la oscuridad…

1 comentario:

  1. Bravo. Me descubre usted en cada post. Leerle es como asistir a un arrebato de franqueza delante del espejo.

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