El
viento que sopla tu pelo hacia atrás, me tira hacia a tí a través de estos cientos
de kilómetros. Las mismas moléculas que te tocan en este mismo momento,
mientras estás leyendo mis palabras, me tocan también a través del tiempo y el
espacio.
Como
una exhalación, las palabras flotan y golpean, ligeras, graciosas e
inesperadamente. Se mueven a través del espacio y la distancia sin cuidado.
Brillan y retozan juntas mientras nosotros dormimos, penetrando más
profundamente que cualquier ser humano pueda hacerlo. Nuestra lengua es la
existencia pura. De las palabras dispuestas adecuadamente, las ideas caen como
gotas de agua pesada, salpicando todo de vida nueva y crecimiento.
Quiero
afirmártelo con mis palabras. Llévalas a ti en una noche tranquila, dispuestas
en las páginas de tal manera que te acaricien como ninguna otra cosa.
Quiero contarte historias, mientras te amo ferozmente con la pasión loca y
desenfrenada que muy pocos conocen íntimamente.
Mi
secreto es simple. Bailo con el viento que respiras y lo llamo que venga a mi
casa. Cuando ese viento te acaricia, saboreo la gasa mágica que anima tu
existencia. A cambio, diseño historias que te llenan de esperanzas y anhelos.
En mis ojos, puedes ver el nacimiento de otra aventura.
Sueñas.
Respiras. Esperas. Yo escucho. Oigo. Envío las palabras por tu camino. Tu
corazón es mi papel. Mi mente es su pluma. En algún lugar, nuestra historia
está a la espera de nacer para que pueda crecer en un cuento al que otros se
aferran en la oscuridad, cuando no queda nada más que la danza de las letras.
Un
día no seremos más que historias. Unas series improbables de circunstancias.
Una explosión gloriosa de lujuria loca. Deseos insatisfechos chocando los unos
contra los otros como trenes de carga descontrolados. Olas de esperanza
corriendo hacia la orilla y reordenando la arena que pisamos, cambiando nuestro
destino, juntándonos.
¿Puedes
sentirme tirando de tí con cuerdas de una perversidad ordenada y exigencias
audaces? ¿Sabes que yo mando en las tormentas, reyes y sueños? Puedo
envolverlos a tu alrededor con más o menos suavidad, según mi voluntad. Puedo
rasgar, abrir y ver a través de tí. Puedo reparar las heridas que otros te han
hecho y que llevas.
Déjate
fluir hacia mí a través del viento, arrastrada por este hilo de palabras.
Cuando llegues, te tiraré en las páginas de la historia para que mires en las
partes más profundas de tu ser. Para hacerte mía.
Cierra
tus ojos y sueña. Estoy en el viento que sopla tu pelo hacia atrás, llamándote.
A la espera de que vuelvas a casa y ser envuelta entre líneas, negras y
blancas, a lo largo del curso de estas páginas.
Ella en la distancia espera cada mañana, cada anochecer para embriagarse del olor del viento que llega hasta ella. También baila y su pelo vuela, la acaricia mientras lee las líneas escritas para ella, esperando el día que llegue a casa, anhelando mientras las historias de lujuria y pasión que tanta esperanza y paciencia le brindan.
ResponderEliminarPorque ella se pierde en esas líneas que siempre hace suyas cada anochecer, cada amanecer...
Mis saludos Sr. Ben Ali
ResponderEliminarSuavemente la historia lleva a sentir esa presencia que atrae ... para hacerla suya.
Hermosa, me encanto!
Bello escrito.
ResponderEliminarBella conexión la que se describe...
Es la imagen misma de la ilusión.
rarita