Ella nunca ha sido particularmente
rebelde, quizás, excepto en su propia mente. A ella, le gusta la idea de
acelerar, pero incluso, si tuviera un coche realmente rápido, no podría decir
de llevarlo a 200 km/hora, pues, después de todo, le provocaría náuseas. Si ella
termina el trabajo temprano, o si lo empieza antes, se siente culpable. Se ha
pasado la vida haciendo lo que la gente esperaba de ella. Si hace algo
diferente, le preocupa lo que la gente piense de ella.
De repente, ella, sumisa a un Dominante,
quiere cumplir con las normas, quiere hacer algo fuera de lugar, quiere decirle
a la gente, transmitirle, que ella – hija, hermana, madre, esposa y sumisa – no
es quien usted piensa que ella es.
Porque quiere ser valiente, decir a la
gente que actualmente la persona que ellos piensan que es, no es realmente
ella.
El problema es: “¿Soy lo suficientemente
valiente como pedirlo, demonios, decir lo que quiero? ¿Dirá la gente que es
egoísta?” Ella se preguntaba a sí misma.
Después de todo, lo que ella quiere es,
con toda probabilidad, un poco de todo. Un poco de sus 25 años de matrimonio y
la estabilidad que conlleva. Quiere su trabajo, el cual le ha llevado casi
treinta años para conseguir ese nivel de satisfacción, y pagarlo. Quiere que su
familia la ame, y que la respete. Quiere que sus hijos la vean como la madre
que siempre ha sido.
Pero, también quiere el tipo de
experiencias que tiene con su Dominante. Quiere ser capaz de dejar su pueblo
durante un par de días, someterse a Él, ser su sumisa, estar atada, ser
obligada a hacer cosas humillantes y sexuales. Quiere escuchar los chistes de
su Amo, sus conocimientos históricos y su amor por el arte. Quiere comer la
comida que Él cocina, quiere acurrucarse con Él y quiere ser follada sin sentido
por Él.
Luego, ella quiere irse a su casa, hasta
la próxima vez.
“¿Una orden grande e importante?
¿Egoísta?” “¡Sí!” Se preguntaba y se respondía ella a la vez.
“¿Es lo que quiero y puedo tenerlo?”
“Probablemente, no.” Respuesta tajante
por parte de ella a su propia pregunta.
Después de la última experiencia vivida
con su Amo, le ha llevado unos días poner su cerebro nuevamente en marcha. No
es que ella haya sido un desastre, ¿entiendes? Lejos de eso, pues ha sido muy difícil
para ella separar los eventos reales del fin de semana de las emociones que los
acompañaron.
Mientras la niebla de la emoción se va
despejando, ayer, ella actualizó la página mental de su viaje del fin de semana
y, tal vez, eso le haya ayudado un poco. Además, ahora existe una distancia
entre los eventos reales y ella, sin mencionar que su Dominante y ella han
reproducido algunos de los eventos varias veces.
El lunes, ella sentía mucha ansiedad, ya
que se encontraba realmente deprimida. No podía comprender por qué se sentía
tan mal, cuando se había sentido tan bien los tres días anteriores. Pero, más
tarde, se dio cuenta de que no tenía nada que ver con ningún otro tipo de bajón,
sino que, simplemente, era el SPM (síndrome premenstrual). Se sentía como una
completa idiota.
Entonces, volviendo a los eventos del
fin de semana, lo que realmente está claro es que, desde el momento que se va y
entra en la casa de su Amo, hasta que se va para volver a su casa, está
preparada. Lista para ser usada como Él quiera, lista para ponerse en la
postura que Él desee, y lista para coger su polla en la forma que a Él se le
antoje. También, pasó casi todo el tiempo al borde del orgasmo. Lo que, es más,
esta vez, se excitó tanto que Él fue capaz de hacerla orgasmar mordisqueándole
la oreja. El primero, para los dos.
Por lo general, ella nunca ha estado
interesada en vestirse con lencería sensual para el beneficio de ningún hombre,
pero con su Amo, es algo que no sólo se espera, sino que es algo le encanta
hacer. Ella nunca imaginó que llegaría a dormir con las medias puestas, nunca
imaginó que lo primero que haría por la mañana sería ponerse los zapatos con
tacones. Nunca imaginó que llegaría a desear, incluso, necesitar tener sexo
anal tantas veces en sólo un fin de semana y amar en cada momento. Ella, nunca
imaginó que sería capaz de introducirse la verga de su Señor tan profundamente
en su boca, sin náuseas. Como su Señor le dice: “Estás llevando muy bien tu
entrenamiento…”
En otro momento, más…