Una de las cosas que ella ha aprendido en los últimos
años, es que la sumisión trata de enseñar, o que la sumisa aprenda, a admirar a
su Dominante, física y emocionalmente en otror nivel. Si un Dominante tiene un
cuerpo con una virilidad acentuada y unida a ese cuerpo, el cual es agradable a
la vista y al tacto, entonces, la posibilidad de que la sumisa lo adore es
sumamente fácil. ¿Qué sumisa no quiere arrodillarse ante Él, mientras ella
tiene la boca alrededor de su verga? ¿Qué sumisa no querría sentirla dentro de
ella? Sin embargo, la adoración emocional es lo más importante. La sumisión es
para ella, ese último estado y es lo que creo que ella ha necesitado aprender y
comprender.
Al mismo tiempo, el Dominante reclama a su sumisa para
sí. Quiere que ella lo adore física y, abiertamente lo invita para que sea
usada por Él. ¿Qué mejor manera que con su virilidad? Para Él, también, aunque
se trate de ser adorado, y poseerla emocionalmente.
La semana pasada, al concentrarse ella en sus necesidades,
su Dominante empezó ese proceso. Apenas había nada en el camino de la adoración
de su pene. Pero, al comenzar a poseer el cuerpo y la mente de su sumisa, ella
empezó a ver, a darse cuenta que, definitivamente quería adorar su polla. Orgasmo
tras orgasmo se apoderó de ella y, a través del placer y el dolor, ella empezó
a someterse a Él. Ambos, Dominante y sumisa, lo supieron ayer. Ya todo sería
diferente. Cuando Él se corrió, ella ya estaba poseída por su Dominante, ya se
encontraba en modo de sumisión completa. Sin embargo, Él se propuso demostrarle
cómo tenía que adorarle.
Su pene estaba lo suficientemente dotado para llenar
cada uno de los agujeros de su sumisa. Ésta era consciente de que su Dominante
la aprovecha por completo, y se siente muy bien estando llenada por Él. Sin
embargo, fue el sexo anal el que la hizo adorarle más y consiguió que ambos se
dieran cuenta de que la posesión completa había tenido lugar.
La penetró por detrás, con ella, acostada de lado. Él se
movió con suavidad, luego un poco más rápido y, como ya estaba cerca, empezó a
fraguarse. Su trasero, penetrado por completo, transmitía algo serio a sus sentidos
y ella pudo correrse sin necesidad de muchas otras estimulaciones. Después de
un tiempo prolongado, y después de esto, ambos se acostaron juntos. Él, con su
pene largo y endurecido, dentro de ella, y ésta completamente llena por la
posesión que estaba teniendo lugar. Hablaron entre ellos, él apretó y pellizcó
los pezones de ella y, de vez en cuando, acariciaba su clítoris. Pero, lo más
importante, era la presencia de su vástago dentro de su sitio más privado.
Ambos eran conscientes de que querían quedarse allí el
mayor tiempo posible, para que ella supiera que era suya, que era de su propiedad.
Cuando más tarde, ella trató de llevarlo a su boca, la
sensación de adorarle, y esa verga maravillosa, casi la abrumaron. Por fin,
pudo llevarla profundamente a su garganta y darle el placer que su Dominante
quería.
Cada paso y movimiento es esencial para ambos. Interesante adentrarse en la mente de un Dominante.
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Beso