Una sumisa es una mujer que, por su propia voluntad, cede el control total de su cuerpo, mente y alma. Para ser un buen dominante, debes comprender a fondo las motivaciones emocionales de una sumisa. La siguiente lista es una compilación de todas las diferentes motivaciones que he observado por parte de las mujeres sumisas.
Las razones por las que se somete.
Un escape mental y emocional: La mayoría de las sumisas que he tenido han sido mujeres Alfa (ejecutivas, abogadas, médicas, mujeres de carácter, supermamás) que son muy inteligentes, motivadas, exitosas y seguras. Por lo general, intimidan a la mayoría de los hombres. Llevan vidas públicas increíblemente exigentes, pero anhelan escapar a un lugar donde no tengan control ni tener que tomar decisiones en sus vidas sexuales.
Ser devoradas y desencadenar pasiones oscuras: En su interior, han anhelado ser devoradas y consumidas por un hombre dominante y audaz sin que se lo pidan. A menudo, es un deseo sexual profundo que tienen durante la mayor parte de sus vidas adultas. Ser devoradas sexualmente desata pasiones profundas dentro de ellas y las hacen sentirse increíblemente sensuales, muy deseadas, profundamente femeninas e increíblemente excitadas.
Confianza e intimidad profundas: A mis sumisas, les he dado un santuario emocional y sexual seguros. Ellas me han mostrado una parte profundamente íntima de sí mismas que, por lo general, nunca le han mostrado a ningún hombre, ni incluso a sus exmaridos o novios o parejas. Sabían que estaban emocionalmente seguras al estar completamente “desnudas” conmigo, sabiendo que eran aceptadas incondicionalmente por sus deseos, perversiones y fantasías. También sabían que cualquier deseo o fantasía podía realizarlo conmigo sin ningún prejuicio, mofa, crítica o rechazo. Con una, compartimos un viaje de profunda intimidad a lugares a los que probablemente no viajarían con otros hombres.
Agradar y atender las necesidades de los demás: La mayoría de las sumisas son agradables por naturaleza y por su educación. Hay un profundo sentido de cumplir y autoestima que proviene de satisfacer las necesidades de los demás. Agradar sexual, y no sexualmente, a un dominante le da un sentido de logro y autoestima.
Peligro, incertidumbre y mentes jodidas: Parte de no tener el control, también es no saber qué pasará después. Una sumisa nunca puede estar realmente preparada para una sesión, debido a que no tiene ni idea sobre dónde la llevará este viaje. La incertidumbre y el peligro colocan a la mente en una estado de hipervigilancia debido a nuestra respuesta natural de “lucha-huida.” Al mantener a una sumisa con los ojos vendados y constantemente desequilibrada con respecto a lo que sucederá a continuación, se extiende a ese estado elevado. Es por eso por lo que los estímulos contrastantes son tan poderosos (silencio/fuerte, suave/duro, caliente/frío, rápido/lento, doloroso/leve) para fastidiar la mente de una sumisa. La liberación sexual cuando se encuentra en un estado elevado de peligro o sorpresa es significativamente dolorosa.
Él es tuyo: Así es cómo una sumisa anónima me describió su sumisión en un correo electrónico privado: “Él es mi corazón, divorciado de mi cuerpo. Lo que hago por Él, no lo haría por ninguna otra alma. A menudo, comenta que todavía tengo que controlar lo que no haría por Él. Me arrodillo suplicándole, porque le honra. No hay forma de que pueda pagarle por sanarme. En cambio, le doy todo de mí. No hay parte que no le ofrezca. No soy masoquista. Sé que disfruta infligiendo dolor. Le doy esto. Mis lágrimas son parte de mi servicio. Lo soporto confortada al saber que nunca me haría daño.”
Pero luego, me hizo detenerme y pensar en el panorama general. ¿Realmente lo entiendo desde las perspectivas de varias sumisas? ¿Por qué otras sumisas se someten? ¿Hay diferentes motivaciones si eres masoquista versus una sumisa sensual? Por favor, comenta. Si quieres, gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario