martes, 13 de abril de 2021

Visto, pero no oído

“Una sumisa ha aprendido a controlar su lengua cuando se enfada con su dominante.”

Este mensaje puede conmover a cualquier sumisa extrovertida. Se reiría de la sola idea de que pudiera mantener su boca cerrada sobre cualquier cosa y con cualquiera. Ella es extrovertida y obstinada. A veces, se cansa y le da dolor de cabeza.

Puede sorprender a quienes la conocen, el cambio experimentado en los últimos años. Al igual que el hecho de que escoja sus diatribas, también ha aprendido un poco más cuándo es prudente callarse.

Es bastante difícil ganar una discusión con su Dominante. Este tiende a tener muchos conocimientos sobre bastantes cosas. El hombre pasa muchas horas leyendo. Mientras que ella tiende a sumergirse en un nivel bastante superficial, y luego seguir adelante, a menos que sea un tema que le interese particularmente o que se relacione con su trabajo o algo en particular. Así que tiende a llegar a un punto en el que está fuera de su alcance.

Hubo un tiempo, en el que realmente tendía a seguir adelante como un perro con un hueso. Es su instinto natural, pero con el tiempo, dejó de hacer eso.

Parte de la razón, es la madurez. El tiempo le había enseñado esto, entre otras cosas. Trata de no estresarse tanto por las pequeñas cosas como solía hacerlo. Pero, en definitiva, la tercera cosa se relaciona con su papel como sumisa. Su palabra sobre algunas cosas es definitiva. Él lo deja claro y, a menos que ella se sienta tremendamente apasionada o decidida a demostrar que está equivocada, lo acepta. Aléjate de la confrontación. Si le pregunta adónde van o qué van a hacer, y él le dice que espere y verá, entonces, no tiene sentido molestarse en seguir preguntando. Perdería la voz al intentar sacarle algo.

Ser respetuosa, dado el hecho de que ha aceptado ser su sumisa, y que usa su collar, es algo en lo que ella piensa. Por supuesto, hay ocasiones en las que desconecta antes de que se le ocurra decir algo. Pues, en general, trata de controlarse, pero al menos, algunas veces, no escucharlo.


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