Antes de que una
mujer, se pierda en alguna de las razones del por qué ser sumisa es un deseo
poderoso, quiero dejar claro, que ser sumisa es extremadamente erótico. Y es
erótico porque la sumisión toca su sexualidad de una manera muy potente y
directa y, cuando se combina con todos los aspectos mentales, emocionales y
físicos de una relación, con frecuencia, puede ser la experiencia sexual y la
realización emocional más intensa que una mujer pueda tener.
De hecho, hablando
con algunas mujeres, me han confiado que tienen miedo de la intensidad de su
energía sexual. Temen no ser comprendidas, en el caso que revelen toda la
amplitud de su excitación sexual siendo una mujer sumisa. A menudo, la más
ligera de las miradas u órdenes las dejarían empapadas con su excitación
sexual. Mientras que su dominante, sentirá y apreciará su placer al extraer
cada matiz del placer sexual de ella.
Cuando ella se
entrega a su dominante por completo, también está dándole la libertad de
explorar las profundidades de su sexualidad y pasión, llevándola a lugares
donde ella no puede ir por sí misma, tener experiencias que, probablemente,
ella no pueda pedir. Ella depende de él, de su dominante, para que le dé el
impulso suficiente para ir más allá de cualquier resistencia personal que
pudiera encontrar.
Para conseguir
traspasar esa resistencia personal, es donde la fuerza y el entendimiento del
dominante son esenciales. Si retrocede, en vez de animarla hacia delante
(azotándola o halagándola), ella no será capaz de explorar sus propias
profundidades. Ella necesita el amor y el apoyo incondicional de su dominante
para sentirse segura e ir hacia donde ella no puede ir por sí misma o sola. A
medida que su cuerpo se abre sexualmente a él, este también le está abriendo su
corazón y su alma.
Aunque al cambiar
rápidamente, la mayoría de las mujeres se han sorprendido sentirse avergonzadas
de sus sentimientos sexuales. Estar con un dominante que atesora la suficiente
sexualidad natural de una mujer para ir más allá de donde la mayoría se para,
es una experiencia extremadamente liberadora para ella. También alude a su
deseo de ser capaz de revelarse a si misma como ella realmente es, mientras la ayuda
con la eliminación de su condicionamiento impuesto falsamente. Incluso, si ella
no puede preguntar, es importante comprender que la sumisa “quiere” superar su
resistencia, tanto como el dominante quiera que ella lo haga.
Mientras la relación
crece y ella se siente más cómoda y confiada en su conocimiento, sabiendo que
él comprende sus sentimientos, encontrará más fácil de admitir ciertos deseos
sexuales de su dominante. De vez en cuando, pídale que le diga una fantasía
“secreta” de ella, o déle la tarea de que le escriba una breve fantasía. A
menudo es más fácil poner algo por escrito que tener que decirlo verbalmente…
Otra manera con la
que la sumisa puede liberar su sexualidad, es hacer que ella le admita a usted
cómo le excitan ciertas actividades. Si usted le está aplicando a ella algo
erótico, que le cuente “para empezar” lo mucho que le gusta. Esto puede ser
también una manera de animarla a expresarse por si misma. Si usted sospecha que
ella disfruta con el juego anal más de lo que pueda admitir, mantenga el plug anal contra su
orificio, pero no lo inserte hasta que
ella le “pida” que se lo inserte dentro. De esta forma, usted la está
“forzando” a hacer una penetración que ella probablemente quiera hacer, pero
está demasiada avergonzada consigo misma de compartirla con usted.
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