La naturaleza
humana, siendo lo que es, más tarde o más temprano, te va a defraudar. Por
consiguiente, cualquier sumisa siempre hará algo que no tenía que hacer o
dejará de hacer algo que debería haber hecho. Y, por lo tanto, tendrás que
castigárla. No existe nada para evitar esto, por mucho que un dominante tenga
un corazón blando. Ella lo espera, lo necesita. Sí tú no la castigas,
interpretará esto como una negligencia, que no te preocupas lo suficiente para
llevarla de la mano. Las mujeres sumisas necesitan ser confrontadas con sus
ofensas, necesitan hacerlas comprender dónde lo han hecho mal y, sobre todo,
necesitan ser capaces de expiar sus pecados. Si no pueden pagar la penitencia,
no sentirán que son perdonadas y no serán capaces de seguir adelante. Esto
puede parecer casi como una experiencia religiosa. Creo que la Iglesia Católica
sabe bastante sobre la culpa, la confesión y la absolución.
El problema
es, ¿cuál es el tipo de castigo más apropiado? El castigo corporal y el
tradicional recurso de los disciplinarios, obviamente, no es una solución. El
spanking está asociado con la sumisa y probable e indeleblemente con el placer
y la excitación. Si tú la azotas como castigo, le estás dando, simplemente, lo
que ella ansía y corres el riesgo de que estará tentada a desobedecerte,
simplemente, con el fin de recibir el castigo. Tal vez, pienses que podrías
administrárselo de tal manera que el placer de la experiencia esté poco menos
que eliminado. Si usted lo hace más difícil, entonces, corre el riesgo de
retroceder a los límites anteriores. Si lo administra de una manera diferente,
con frialdad, sin interferencia de caricias o palabras amables, ella lo podría
seguir disfrutando.
Quizás, en vez
de infligir dolor, usted puede decidir privarla del placer. Los orgasmos están
prohibidos. Tocarse a si misma, esta prohibido. Pero, muchas sumisas encuentran
esa negación en si misma eróticamente estimulantes. Contra más sabe que no
puede tener algo, más lo quiere.
Para algunos
dominantes es tentador castigarlas con la ausencia del placer. Las prohíben o
condenan a guardar silencio. Pero no puedo decir que estoy a favor de esto.
Creo que cuando una sumisa sabe que ha hecho algo malo, lo que más le molesta
es que ella ha fracasado, que le ha causado un disgusto a su Amo. Y lo que
ella anhela y desea, es que se le permita corregir el mal, para ser
de nuevo una mujer nueva lo más pronto posible. Darle la espalda es cruel, esto
agravaría su angustia.
Entonces, ¿qué
hay que hacer? Creo que uno necesita encontrar algún castigo que sea
activamente desagradable, que no sea demasiado largo, corto y penetrante, que
una vez terminado, el perdón y la curación puedan comenzar. ¿Quiere ejemplos
reales? Bien, Hice una vez que una mujer se arrodillara sobre una bolsa de
guisantes congelados durante un buen rato. Ella lo odiaba y lo encontraba bastante
difícil para convertirlo en una experiencia sensual satisfactoria (aunque,
nadie debería subestimar la habilidad de las sumisas para dotar de una carga
sexual a cualquier acto). También he descubierto que hacer que se duche con
agua fría tiene un efecto saludable. Tienes que insistir que ella esté bajo un
chorro de agua helada, al menos cinco minutos, y que consiga mojarse bien su
pelo. U ordenarle realizar tediosas labores de casa. Bien, usted ha conseguido
el objetivo. Pero, recuerde, las sumisas son putillas ingeniosas. Si le das la
mitad de una oportunidad, harán algo sexual de cualquier cosa. La vigilancia
constante es esencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario