miércoles, 26 de enero de 2011

Ansiedades

Las mujeres sumisas son presas fáciles de la ansiedad. Una de ellas, de acuerdo con mi experiencia, es el miedo a decepcionar a su Amo. ¿Es la sumisa suficiente para él? ¿Puede ella recibir tanto como él quiere darle? ¿Suficiente dolor, suficiente humillación o cualquier cosa que exija de ella?
Lo que las sumisas no siempre saben es que el Amo tiene ansiedades también. Puedo pensar en una pareja. Su meta es llevarla al punto donde ella está dando absolutamente todo lo que ella tiene que dar. (Ella no debe preocuparse sobre qué es bastante. Tú no estás midiendo su tolerancia al dolor o cualquier otra cosa en comparación con una norma objetiva. Usted solo quiere todo lo que ella tiene y eso será siempre suficiente para usted). Aunque su problema es saber cuándo exactamente ella ha llegado a su punto. Usted no quiere parar mientras sienta que ella tiene todavía más que dar. Pero, tampoco  quiere ir demasiado lejos y traumatizarla traspasando sus límites. Conocer con precisión en que punto detenerse, es algo que usted aprenderá con la experiencia y también de su conocimiento de cada mujer en particular. Prestar atención a todas esas señales sutiles, los pequeños sonidos que hace, sus movimientos, aunque su silencio puede darle una idea de cuando poco es demasiado. Pero si usted se equivoca, esto puede ser serio, destinado a tener un poco de ansiedad, especialmente en los primeros días de su relación, mientras está aprendiendo a leerla.
Otra posible fuente de ansiedad es si usted encuentra la llave correcta para desbloquearla. Cada sumisa es diferente. Algunas responden a una cosa y otras, a otras. Con unas, es el tono particular de voz o la elección de las palabras lo que las ponen en acción. Con otras, es algo físico: una mano en su nuca, un cachete en su cara, un pellizco retorcido en un pezón. Con otras, es ponerlas en posición: sobre sus rodillas, quizás, o de pié contra la pared. Con otras, es poner todavía en práctica algún implemento que usted use, como unas esposas, o la vista de la cane, que las hacen humedecerse.
Lo que estás buscando son signos que indiquen qué enfoques en particular le entrarán más rápidamente en su cabeza, que sean capaces de cavar más profundamente en su sumisión. Las señales no son siempre fáciles de leer. Pueden ser elusivas. Algunas veces, ella no permite que usted las vea. Tal vez, tema de que pueda tener demasiado control sobre ella, temerosa que de se haga peligrosamente adicta. O tal vez, le dé vergüenza admitir que su fantasía secreta es que se la mantenga toda la noche encadenada o exhibida desnuda ante otros hombres, o hacerla comer en un bol en el suelo como un animal. Usted  encontrará la manera correcta de superar esta resistencia. Esto no es siempre fácil.
Algunas veces, usted cree que ha encontrado la llave para abrir su mente y, entonces, ya no funciona más. Ella atrancó la puerta. No va permitir que la vuelva a abrir. No todas las mujeres con tendencias sumisas las quieren para actuar para siempre.

2 comentarios:

  1. "mientras está aprendiendo a leerla"

    Es preciosa esta frase Caballero, por hoy me retiro que no deseo te sientas invadido

    Saludos

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  2. Me gusta jugar con las ansiedades de la sumisa, provocarla, amedrentarla, excitarla, observarla y llevarla la climax de su sumisión a mí...

    Ben Alí

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