Hubo un tiempo en el que solía
pensar que los espejos en el dormitorio eran algo sórdidos, como un motel
barato en las afueras de una gran ciudad. Eso fue hasta que me di cuenta de lo
profundamente que ansiaba el contacto visual constante con mi pareja. De la misma
manera que la charla grosera despierta la libido y la mente de muchas parejas,
el contacto visual entre la pareja suele excitar la pasión animal entre ella.
El contacto visual con un extraño
puede transmitir muchas cosas: audacia, confianza, atracción, timidez,
coquetería o incluso, “Acércate…” Muchas personas no pueden mantener el
contacto visual, porque carecen de confianza o lo encuentran demasiado intenso
emocionalmente.
El contacto visual con una pareja puede ofrecer acceso directo a su mente y a sus genitales. Durante la cena, me gusta mirar intensamente en silencio a los ojos de una mujer, como un lobo hambriento observando a su presa, sabiendo que mi mirada está haciendo que sus ojos se dilaten, sus pezones se erigen y sus bragas se humedecen, mientras la hace retorcerse en su silla con inquietud. Saber cómo presionar los botones invisibles de una mujer es de lo más divertido.
Mantener el contacto visual con una mujer a solas y no notar que otras mujeres hermosas pasan públicamente, transmite que no se desea a otras mujeres, y que a ella la deseas profundamente. Esa es una señal emocional y sexual muy poderosa para la mayoría de las mujeres.
Como pareja, las señales
silenciosas que se intercambian a través del contacto visual dicen mucho sobre
la fuerza de la conexión como pareja en esos instantes, incluso, cuando están separados:
“Es hora de dejar esta fiesta,” “Nos vemos en el tocador en tres minutos,” “Ven
aquí,” “Ven, fóllame,” por ejemplo, son deseos que transitan la mente humana en
esos momentos.
Hay algo profundamente primario e
íntimo sobre mirar a los ojos de una pareja durante el sexo. Es como buscar su
alma. Esa es una conexión muy poderosa durante un acto tan profundamente
íntimo. Quiero que vea cómo la estoy anhelando, y devorarla durante el acto de
hacer el amor. Quiero ver cada expresión facial de ella, mientras devoro su
cuerpo. Quiero que vea mi pasión y deseo por ella. Lo más importante, quiero
mirarla profundamente a sus ojos en el clímax…
¿Cómo afecta el contacto visual a tu libido?
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