lunes, 4 de enero de 2021

Tráeme el cinturón

Una de las cosas que me encanta de las fotos, es que no existe una forma correcta o incorrecta de verlas. Cada uno de nosotros, vemos algo diferente dentro de la misma imagen. Esta es una de las razones por las que siempre me ha gustado usar imágenes con mis sumisas. Puedo enviar una foto, o un enlace a una foto, y pedirle que me diga lo que ve, que me diga lo que le transmite la foto o, incluso, que se ponga ella misma en la foto y me diga lo que siente al estar en esa situación. 

Esta es una gran herramienta para aprender y para observar cómo ella ve las cosas. Quizás, cómo ella se vea a sí misma en este estilo de vida. Cómo ve los diferentes aspectos. Lo que ella quiere, necesita y desea, puede ser tanto para ella misma como para mí, como Dominante. La información que se puede conseguir de unos comentarios sobre una imagen puede ser muy valiosa. Es ser capaz de guardarla en su cabeza y conocer mejor cómo ella piensa y siente. Sobre lo que la impulsa. Una vez que ella comparta su punto de vista, puede coincidir y, otras veces, puede ser una oportunidad para observar una situación o escena diferente a la que teníamos antes.

Recientemente, me presentaron una foto y me pidieron que diera mi opinión al respecto. Era una mujer con un cinturón en la mano extendida, mientras se lo ofrecía a su Dominante para que lo usara en ella. Creo, que una cosa es usar un cinturón en una mujer y otra, hacer que se someta a él. Sin embargo, ella viene de un lugar totalmente diferente, cuando lo trae y te lo pide. Mi comentario fue este: 

“Tráeme el cinturón. Necesitas tanto ser azotada que lo pedirías. Necesitas que te ayude a aclarar tu mente y hacer que te sientas en tu lugar. Necesitas sentir mi posesión, la fuerza y mi control sobre ti. Necesitas sentir tu sumisión a mí. Y saber, que una vez que empiezo, no puedes decir cuándo termino o si has recibido lo suficiente. Eso depende de mí y, sólo de mí.”

Esa fue mi impresión inicial y lo que vi en la imagen cuando la miré. Sé que hace falta ser una mujer muy fuerte y segura, con mucha confianza en su pareja, para poder acercarse a él y pedirle unos azotes. Ahí es dónde se basó mi punto de vista. Lo que obtuve en respuesta a mi impresión inicial, me cogió con la guardia baja y me hizo pensar. 

“Tengo que admitir un cierto atractivo o mucha curiosidad en todo lo relacionado con esto o los azotes. Sé cómo se siente el cinturón. No puedo negarlo y decir que no lo disfruto. Pero, cómo puede aclarar la mente de una persona que necesita “resetearse” o liberarla, es muy intrigante para mí. Me encanta la idea de acercarla a mis rodillas, entregarle el cinturón y pedirle que colabore, de modo que se sienta segura al pedir ser azotada. Que confíe que no hay juicio, sólo comprensión. Luego, al sentir su posesión y control total mientras se pone en mis manos, confiando en que le daré lo que ella necesita. Y, sí, sabiendo que sólo Él decide cuándo tendrá suficiente y ya está. Sin embargo, creo que esto podría ser en ambos sentidos. También tiene que haber un gran sentimiento por Él durante este proceso.”

“Sentir y expresar dominio y poder. Quizás no sea el mismo tipo de reinicio o liberación, pero es similar. Por lo tanto, el escenario es que Él tuvo unos días de mucho trabajo con viajes y un tema tras otro. Puedo ver y sentir el estrés que pesa sobre Él cuando llega a casa. A sí que me acerco a Él, le doy su cinturón, me desnudo y ofrezco mi trasero (cabeza baja, trasero hacia arriba) para que lo azote. Aclarándole la mente y la liberación que él necesita. Someterse y recibir el dolor porque eso es lo que el dominante necesita. La cantidad de amor, respeto y confianza que conlleva para los dos es simplemente algo muy hermoso para mí.” Esta fue la percepción de ella.

Hmmmm… no lo había mirado antes de esa manera. Tiendo a mirarlo bastante a través de lo que soy y hago como dominante, que gira alrededor de mi sumisa. Hacer que gire en torno a sus necesidades y sus deseos y lo que ella necesita de mí. Sí, puedo hablar de lo que consigo de ella y lo que puedo quitarle, porque es mía, pero eso también se ajusta a sus necesidades. Pero esto… esto era diferente. Este era el punto de vista de una sumisa ofreciéndose y entregándose, tal vez, incluso en su propio detrimento y sufrimiento para el mejoramiento y la felicidad de su Dominante. No se le pidió que lo tomara o lo soportara por Él. No está hecha para soportar los golpes del cinturón. Sino para ofrecerse a sí misma y su cuerpo para ser liberado, alivio de su estrés, para ayudar a aliviar lo que ha acumulado en su interior. 

Para mí, ésta es la esencia y el objetivo último de lo que trata la dominación y la sumisión. Esto es lo más profundo que se obtiene y proviene de un lugar de amor y entrega. Esto es anteponer las necesidades y el bienestar de tu pareja por encima y más allá de las tuyas. Esto es estar dispuesto a dar todo lo que tienes, y sufrir al hacerlo, no necesariamente por placer, sino por el mejoramiento de tu pareja y lo suficiente como necesite para hacer eso.

Realmente esto me hizo pensar y mirar la imagen con una luz diferente. Me hizo ver lo que realmente puede ser la sumisión y lo preciosa que es, cuando obtienes eso de alguien, como Dominante. ¿Cuán lejos está dispuesta a llegar tu sumisa por tu felicidad? Justo lo que ella puede estar dispuesta a soportar por ti para ayudarte a sentirte mejor y aliviar tu estrés. Esta es la belleza de lo que realmente puedes contemplar en este estilo de vida.

 

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