La mayoría de las
personas que estamos involucradas en la D/s tenemos el fetiche de los azotes.
Para muchas, me imagino que es por donde nuestro interés empezó. Así fue para
mí. Fue una especie de trampolín.
Hay que entender que
existen dos tipos diferentes de azotes – los que son eróticos y los que son por
castigo – estoy pensando en el tipo erótico. Como hombre Dominante, generalmente,
no tengo mucho que decir sobre los azotes de castigo. Está todo dicho, pero los
eróticos, son otra cosa.
Normalmente, las
sumisas que se precien tienen una lucha interior con sus “ideas” sobre el
spanking perfecto. Les dan una sensación de superioridad desde abajo y lo
aborrecen en una serie de niveles. Puesto que sus fantasías son sus fantasías,
estoy de acuerdo en aportar mi granito de arena al tema.
Mi idea del spanking
perfecto empieza lenta y se construye poco a poco. Procede lentamente, como los
pequeños pasos de los niños. Este no es un proceso rápido. Requiere tiempo y
paciencia. Todas las sumisas conocen los mecanismos que hay detrás de unos
azotes. Calentar la zona, traer sangre a la superficie de su trasero
permitiendo una gran cantidad – muy rojo – y el flujo de las endorfinas.
Para mí, como
Dominante, se trata del brillo rojo de un culo bien azotado. Se trata del
control y si el dominante es una especie de sádico, se trata de tener el
derecho de hacer lo que está haciendo, durante el tiempo que quiera y tan
fuerte como él lo desee. Para la sumisa, se trata de endorfinas, lo que está
pasando por su cabeza y entre sus piernas y su coño. Es una mezcla maravillosa
y hermosa de emociones, picores y química.
Empiezo acariciando.
Pellizcando masa muscular. Lento. Lentitud. Construyo. Poco a poco. A medida
que subo la intensidad, ella se pierde en ella, en los azotes. Es consciente de
su entorno, pero está tan perdida en las sensaciones que quiere más. Más. Más
fuerte. Ella pide más intensidad.
La hago llorar. La
hago volar.
He tenido la suerte de leer muy buenos textos al respecto del tema en cuestión... y sí, es todo un mundo fascinante, complejo también, pero sobre todo, del que toda persona que quiera ser participe debería informarse para evitar situaciones y experiencias muy desagradables; además del otro punto importante que, como siempre digo, es CONOCERSE.
ResponderEliminarSaludos.
Esas lagrimas, a las que me refiero y creo que se refiere, no suelen ser de dolor en si...sino que es como traspasar el umbral, haber llegado a ese punto en que la sumisa se une con su Dominante, que se ha entregado y alcanzado un momento de union inigualable, es superar ese momento, es sentirse embargado por completo de esas sensaciones que no se pueden contener y salen en forma de lagrimas....
ResponderEliminarHay que conocer muy bien a la sumisa para conseguir el placer de llegar a esas lagrimas, pero para quien no lo comprenda puede ser muy peligroso por confundirse fácilmente...
Me ha encantado leerle...
Feliz noche
El conocimiento a fondo de la sumisa es imprescindible para que el spanking tenga el lenguaje comunicativo que tanto el Dominante como la sumisa desean. A partir de ese punto, la interacción íntima entre ambos es de una satisfacción inigualable por la cercanía y el contacto humano...
ResponderEliminarOs felicito por vuestros comentarios...
Feliz tarde