martes, 19 de julio de 2011

Deseo y entrega

El deseo es un demonio que domina su voluntad, cuando se sienta en la inocencia para contemplar las columnas de la realidad.
Agarrándose  a su vientre, impotente ante el poder del azar de la lujuria, suspira y el dolor, al pellizcarle sus pezones, la sorprendió.
“Ten piedad, ¡oh, verdugo fantasmal!
Toma forma.
Sé duro,
Rápido,
Táctil
Presencia.
Hazme creer
Que las manos que vagan por  mis pechos
 Son las tuyas.
Que me inflaman.
Los labios entreabiertos.
Que esos no son mis dedos frenéticos
Serpenteando por debajo de mi falda.
Róbame
Que me rendiré.”
Ella me declaraba su deseo…y su entrega…

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