“De verdad, ¿quieres hacerme tu
sumisa?” Me preguntó ella.
“Demuéstrame lo que quieres,”
le contesté.
Entonces,
átame a tu lengua.
Construye
encima una red de pequeños
Lametones
y besos y
A través
de mi paisaje de montañas
Y valles.
Sube las pareadas
Colinas de
mis tetas, hundiendo tus
Dientes en
mis destacados pezones
Para no
caer en
Un vértigo
de lujuria. Deja un
Lazo de
saliva y continúa
Con tu
camino rapaz.
Deslízate
Por la pendiente
y paséate sobre
Mi
vientre, dejando de rodear mí
Ombligo
vacío. Toma el
Zigzagueante
camino de mi vientre,
Encerrando
todo en tu red de saliva,
Solo para
hacer una pausa
Y sonreír
Al llegar
a la orilla del césped rojo.
Para
agradarte, es un camino muy corto.
Estás
invitado a esta invasión. Entierra
Tu nariz
en lo que una vez fueron rizos
Luego
continúa hacia la fuente.
Ahora,
Suspira
profundamente,
Haciendo
una pausa
En la
orilla.
Empuja, tu
lengua
Con ambas
embarcaciones y remos,
Explora
profundamente en
Tu
Guadalquivir, mostrando
Las
delicias nativas sobre la marcha.
Nunca se
secan, el río inunda
Y crece, y
te levantas,
Con
dificultad y urgencia, a medida que
Bebes, y
te hundes bajo su deseo de poseerte.
Y tú me
posees. Tu nombre
Es
garabateado en el delta
Mucho
antes que tú plantes tu
Vástago, y
reclames esta tierra como tuya.
El coño de mi Amo
Grabado en todos los mapas antiguos.
Regresamos ahora al muelle, ajuste
Difícil en el poste del clítoris, y
Empuja tus dedos profundamente en
El arroyo que corre. Chupa, ahora,
Toca, lame, chupa, bebe, me diviertes
Con la punta de tu lengua,
Haz de mí una comida de seis platos
No hay prisa, te lo ruego.
Me haces rogártelo.
Y luego, mientras oyes mi desesperación
Pidiendo a gritos la liberación, cuando tú
Sabes que soy tu prisionera, solamente
Entonces, como si justo te ocurriese a ti,
Presentas la opción:
“Gatita, ¿quieres correrte?” le
pregunto.
Y cuando me dice: “Oh, sí, por favor,
mi Amo, por favor… Por favor, déjeme que me corra, por favor,… no puedo
aguantar más,… me duele de no correrme, por favor,… soy su gatita, soy su
sumisa,… mis orgasmos son suyos, por favor,… por favor, tenga piedad de mí y
concédame solo que…”
A continuación, saco mi cabeza de
entre sus piernas, levanto mi mano y agarro su pelo enredado, miro fijamente a
sus ojos desesperados y le digo:
“Contaré regresivamente desde diez. Y
si no te corres, cuando llegue al cero, te azotaré con la fusta tan fuerte, que
lo trabajarás de pie durante una semana,”
le digo.
Retorcerás mis pezones brutalmente
Me follarás con tus dedos
Continuarás con tus sádicas amenazas
Y de una vez, me correré.
De una vez, seré tu sumisa…
Acéptame…
Me decía ella…
Vecino y amigo, leyendo esto con mi sumisa, que también tiene la sabiduría natural que tenemos en el Sur, sólo que ella está, digamos, algo más aguas arriba de nuestro común Rio Grande, me hace una reflexión alimentada por la lectura y el disfrute de muchos de tus escritos. Y te comento:
ResponderEliminarA mí me impresiona la concurrencia de sentimientos que comparto con los tuyos en lo que concierne a nuestras visiones respectivas de lo que significa el ejercicio y la responsabilidad de POSEER a una mujer sumisa. Ya antes te lo he hecho ver.
A ella, Mi propiedad, mi sumisa, le impresionó, y ahora así lo manifiesta, que eres el primer Dominante, de todos los que ha leído, que en sus escritos habla de SENTIMIENTOS. Y, además, hoy me ha dicho algo que te transmito en el marco de esta confianza que creo que me otorgas y que me tomo. O eres un Amo que HABLA mucho y muy intensamente con tu/s sumisa/s o/y tienes una sensibilidad fuera de lo normal para interpretar los sentimientos de una mujer. Ambas cosas no tienen por qué sér excluyentes necesariamente. Ella (que es MUJER y muy MUJER) “dixit”. Yo, sinceramente, no tengo motivos para afirmar tal cosa, esto es, lo que ella dice y no lo que acabo de escribir entre paréntesis, obviamente. Pero sé que mi sumisa los tiene sobrados. Y te transmito su reconocimiento, al que adjunto mi admiración.
Un fuerte abrazo
Gracias por tus halagos y comprensión. Como todas las personas que tenemos ya un largo recorrido por la vida, las huellas del camino junto con las avatares y la idiosincrasia de la tierra que nos vio nacer, algo llevamos en nuestras alforjas para comprender y entender la condición humana y, especialmente, la femenina. Esa comprensión personal de la mujer es la que procuro expresar aquí bajo el contexto de una relación D/s y en su vertiente erótica. Así de sencillo, paisano.
ResponderEliminar¿Hablar de sentimientos? Pues claro. O, ¿es que en una relación D/s no pueden darse sentimientos de Amor, fidelidad y entrega mutua como en cualquier otra relación humana? Pienso y estoy convencido que contra más factores positivos y humanos aportemos a la relación, más fructífera, satisfactoria y positiva será y otra manera de dignificarla. Sin olvidar, claro, la confianza y la honestidad.
Un abrazo para los dos…