viernes, 22 de julio de 2011

Yo siempre pensaba...

Yo siempre pensaba que, de alguna manera, los dominantes cogen la fusta por el extremo. Ellos tienen mucha responsabilidad. Aquellos dominantes que eligen ejercer el control sobre una sumisa fuera de la sesión, tienen una carga particularmente pesada. Tener el control sobre otra persona – no importa el nivel o lo específico de ese control – es un baile difícil. Se requiere mucha paciencia, comprensión y habilidad para controlarla.
Lo más importante de estas cosas es la capacidad de prestar atención, tener una comprensión de solo lo que le has pedido a ella. Tú no puedes decir a nadie, por ejemplo: “Te prohíbo que conduzcas tu coche el miércoles,” y luego, olvidarte y presumir que lo llevará a cabo. Tal vez… si no estás prestando atención, entonces, ¿cuál es el momento para ejercer ese nivel de control?
Deja que me acerque desde un lado diferente…camina conmigo.
Los dominantes somos como todo el mundo. Somos gente ocupada. Todos tenemos trabajos y una vida que llevar. Algunos de nosotros tenemos negocios que gestionar y familias que cuidar. Tener una sumisa complica las cosas puesto que estas asumiendo una responsabilidad adicional. Solo una cosa más que hacer, puede ser que también la agregue a la lista. Solicitar y aceptar el control de, incluso, una cosa pequeña, que además se añade a tu nivel personal de responsabilidad hacia tu sumisa. ¿De acuerdo?
Ahora, puedes estar pensando que los dominantes no están sujetos a una norma que incluya la justicia, pero debe ser si se encuentra en una relación que tenga alguna importancia para ellos. Estoy hablando de demandar relaciones consistentes, no aquellas para jugar a la luna azul de una manera casual. Mi opinión es que al pedir algo significativo a tu sumisa, cuando no eres capaz de ofrecer orientación o apoyo y, entonces, no prestar atención o apreciar realmente lo que le has pedido, no solamente estás creando un cierto nivel de fracaso y decepción, sino que también estás saboteando tu propia relación con ella. No estás construyendo confianza. O fe. O alimentando su nivel de sumisión hacia tí. Y, ¿quién necesita eso?
Aquí está el problema: No es justo pedir a una sumisa que ceda el control de incluso una cosa menor y, luego, no hacer el seguimiento de cualquier cosa que le hayas pedido a ella. Y peor, no es justo que una sumisa haga una petición que afecte a su vida diaria y, luego, alejarte de ella – durante unos pocos días, una semana, dos semanas. No estoy hablando sobre algo tan simple como alejarte todas las noches del plato de helado de crema de chocolate de tu sumisa. Estoy hablando sobre tomar el control de cosas que son importantes para ella (no que el helado de crema de chocolate no lo sea) y que el impacto en el día a día de su vida, la felicidad y la satisfacción general en su sumisión hacia ti. Eso es una gran cosa, dominantes, y tú te has asignado a ti mismo un nuevo nivel de responsabilidad.
No es que esto me haya sucedido, claro está. Es algo que me vino a la cabeza hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario