Hay una tendencia en algunas mujeres sumisas a
ser “perfectas.” Aunque esto pueda ser un objetivo admirable, a menudo, puede
ser llevado a los extremos y eso es algo a tener en cuenta. Ahora estoy
hablando sobre el deseo de esforzarse para ser mejor, hacer un esfuerzo para
hacer el trabajo lo mejor posible, y como todas las sumisas saben, para esto se
requiere muchísima energía.
He aquí una cita que ilustra este tema: “Empecé
pensando sobre el por qué el castigo me atraía y yo no estaba segura si era
justo probar de otra manera los límites…otra manera o el lujo de tener otra
idea para “hacerme” hacer las cosas que realmente quieres hacer de todos modos…
pero, en cambio, permito que la vida (el trabajo, la fatiga) lo consiga en el
camino. Tengo expectativas muy altas para mí misma… soy afortunada por el hecho
de que soy inteligente y hermosa… pero, pienso que estos “regalos” dados se
deben utilizar en toda su extensión.”
Una mujer sumisa como ella, quiere ser
“presionada” a hacer un esfuerzo mayor sobre sí misma. Ella sabe que es capaz
de conseguirlo y quiere ayuda para hacerlo realidad. Para mí, este es uno de
los aspectos positivos de los azotes tratados como castigo. Como su Dominante,
su responsabilidad es tener cuidado de ella y ver que ella hace lo mejor para
sí misma. Usted necesita trabajar con ella para asegurarse que sus normas y
límites son en beneficio de ella y ayudarla a conseguir sus propias metas
personales. Si es estructurado de esta manera, el enfoque del spanking no es
porque ella sea “mala”, sino más bien, porque está siendo azotada para ayudarla
a mejorarse a sí misma. De esta manera, cuando usted la disciplina es otra
manera de mostrarle que la ama y la cuida.
He aquí una frase de una mujer que ama la idea
de ser castigada por no cumplir con sus propias normas de conducta para ella.
“Una de mis fantasías es tener a alguien en mi
vida sólo con el fin de corregir mis faltas. Él me haría tener una lista de
todos mis malos comportamientos. Ser perezosa en el trabajo, o lenta. Comer
comida basura o no ir al gimnasio. Ser innecesariamente grosera con la gente.
Tendría que llevar una lista, y una vez a la semana, vendría él y la leería. O
más. Y me obligaría describir cada incidente, y me hablaría al respecto,
establecería un castigo separado para cada falta de la lista. Y me diría una y
otra vez por qué voy a ser castigada, o me pediría que se lo recitase.”
Doce azotes con el cinturón por esto. Seis
golpes con la fusta por aquello, usted sabe. Le
leería la lista con un orden aleatorio, la sacaría del rincón en
cualquier momento para recibir su próxima tunda, la enviaría de nuevo al
rincón.
Esa es una de sus citas favoritas porque
ilustra con bastante claridad la conexión entre la conducta y los castigos de
su dominante. No hay duda en su mente del por qué ella va a ser castigada y
ella acepta su castigo sabiendo lo mucho que la ayudará a mejorar su conducta
en el futuro.
Para una sumisa, es todo un lujo tener una
persona disciplinaria en su vida y no tener que confiar únicamente en su propia
fuerza de voluntad. Todas saben que tienen que hacer las tareas que no son
agradables y si las dejan sin hacer, pesan sobre sus conciencias y se
convierten en una carga. Como su Dominante puede proporcionarle el “incentivo”
que ella necesita para conseguir lo que hay que hacer, no termine fuera del camino, no cuelgue sobre
ella y se disipe su energía.
El pensamiento y la anticipación de ser
castigada por no hacer algo son, con frecuencia, extremadamente excitante y
esto permite a la sumisa aprovechar su energía sexual para completar sus
tareas. Por ejemplo, fregar el suelo de la cocina no es muy divertido, pero el
saber que recibirá un buen azote si no lo hace, puede añadir una energía sexual
tremenda a su trabajo.
También el Dominante la puede ayudar en esto
diciéndole que su trabajo será “inspeccionado” y si no lo encuentra bien hecho,
será disciplinada. Por cierto, la palabra “inspección” es un disparador muy
excitante para la mayoría de las sumisas. Al saber que su trabajo será
revisado, la ayuda a centrarse en el mismo y hacerlo bien, con la calidad que
ella realmente quiere hacerlo, pero tiene que luchar para conseguir la energía
suficiente.
El castigo como una manera de absolución
y perdón
Otro aspecto de ser “castigada” es que ello la
permite dejar de lado cualquier otro auto culpabilidad impuesta sobre su
conducta. Esto es especialmente importante para aquellas mujeres que se
esfuercen por ser perfectas y tienen tendencia a ser auto críticas. Esto puede
agravarse si ella se crió en un entorno donde los errores pasados nunca se
olvidaban sino que continuamente se les
recordaban.
Cuando ella es castigada, puede encarar su
error, aceptar su castigo como una motivación para mejorar (no por ser “mala”),
ser perdonada completamente y luego moverse felizmente.
Algunas precauciones sobre los castigos
con azotes
Dar un azote de castigo es mucho más difícil
que ella lo soporte que otro dado por placer. El Dominante tiene que asegurarse
que ella tenga su espacio mental adecuado en su cabeza para recibirlo. En otras
palabras, ella debe estar convencida de que el azote es merecido. Así pues, mi
consejo es que nunca la castigue por algo que no esté claro. Dicta tus normas
con mucha claridad y específica para que ella las sepa exactamente cuando las
incumpla. Si ello favorece, establezca los plazos de tiempo para que ella no
pueda afirmar que “justo lo iba a hacer.”
Otra precaución es la consistencia. Si la
castigaste una semana por romper una norma y le permitiste la misma infracción
la siguiente, le estás dando unas señales mezcladas y confusas que la
dificultarán para que ella se tome tu control con seriedad, y esto traerá
consecuencias muy negativas para ambos roles. Ella necesitará probarte hasta que
sienta con certeza que vas a seguir siendo consistente – esto es extremadamente
importante.
Preparándola para el castigo
Un spanking de castigo está con frecuencia
lleno de rituales como en la mayoría de cualquier otra sesión y se basa, en
gran medida, en la anticipación de un evento que ella sabe que será una prueba
y un reto para.
Enviarla a su habitación para que te espere, la
excitará mucho incluso aunque ella sepa que el spanking no va a ser tan
agradable. Mandarla a buscar el implemento a usar en su corrección, es una
vergüenza erótica añadida. Puedes querer que ella se desnude de antemano y se
vaya a una esquina para reflexionar sobre su infracción y qué pasos va a dar
ella para evitar un fallo similar en el futuro. O, puedes querer que ella se ponga
en la cama de cúbito supino, con una almohada bajo sus caderas y azotarla con
la paleta que está a su lado. Si quieres ver cuán excitante puede ser la
anticipación de un castigo, hazla que espere diez minutos antes de que tú
entres en la habitación y luego comprueba su humedad.
Si lo deseas, puedes hablarle sobre su
conducta, haciendo hincapié exactamente sobre lo que ella hizo para ganarse
esta corrección, y durante los azotes, haz una pausa varias veces y dale la
oportunidad de prometer un mejor comportamiento en el futuro. Esto es
importante puesto que mantiene el énfasis en el castigo como motivo para
mejorar su conducta y no porque ella haya sido mala o te ha desagradado por no haber
conseguido que se ejecutara.
El enfoque del spanking de castigo no debe ser
sobre su placer (a pesar de que al principio sea muy excitante), porque puedes
darle menos calentamiento de lo habitual antes de incrementar la intensidad de
los azotes. Decirle de antemano cuantos azotes le vas a dar, puede ayudarla
soportar el spanking sabiendo cuándo terminará. Si este es el segundo spanking
por la misma ofensa, asegúrate de incrementar el número de cachetes para que se
haga a la idea de que en el próximo lapsus, se encontrará con más severidad.
Como confirmación de vuestros roles, después
del spanking, ella deberá agradecértelo por dedicarle tiempo y esfuerzo en
disciplinarla, y luego, le toca a usted violarla o enviarla a una pared. El
tema que estoy tratando aquí es que, a pesar de que se trata de un castigo, no
hay motivo de que no pueda terminar en placer para ella. Después de todo, ella
ha sido castigada y todo está perdonado.