No
creo que yo pudiera volver ahora a tener una relación sexual del tipo vainilla.
Una vez que has probado las delicias de la D/s, la relación vainilla parece
distinta – bueno, le falta sabor. Si, por casualidad, una mujer hermosa se
echará en mis brazos, yo no tardaría mucho tiempo en preguntarle si le gustaría recibir unos buenos azotes,
pues esto es algo tan improbable que no me molestaría para nada en especular
sobre el resultado.
Descubriría
que mis hábitos han cambiado. En los viejos tiempos, si yo iba a una fiesta o
asistía a una conferencia o exposición y me cruzaba con una mujer interesante,
trataba de conocerla. Pero, ahora son muy diferentes. No puedo caer en una
conversación informal con un cuestionario rápido sobre sus preferencias
sexuales. No hay manera de poder determinar si a ella le gusta que la aten, o
lo que sea. Es probable que recibas una buena bofetada en tu cara si lo
intentas. Por lo tanto, si estás interesado en mujeres con unas ciertas inclinaciones,
debes centrar tus esfuerzos en lugares donde
las reuniones de amigos sean explícitamente “atrevidas.” Principalmente,
estamos hablando de Internet. (Alguien podría preguntarse cómo la gente de la
D/s se podía encontrar unos a otros antes de que la red existiera). Así que, en
estos días, mis encuentros son exclusivamente con mujeres que tienen ciertas
inclinaciones. Las vainillas ni me las planteo como una opción.
Por
otra parte, no suscribo la opinión de que uno es una cosa u la otra, exclusivamente
vainilla o atrevido. Veo la sexualidad como un continuo. En un extremo, están
aquellos que son totalmente vainilla, en el otro, quienes son lo opuesto. La
mayoría de nosotros estamos en un punto intermedio, un poco más o menos. Y no
necesariamente permanecemos igual. Creo que la gente puede cambiar, estar menos
interesada en los juegos de poder o, tal vez, menos sumisa, tendiendo más hacia
la dominación. Y, por supuesto, todo depende de nuestro estado de ánimo. Un día
quiero ser cruel, el próximo quiero recompensarla por su devoción. Todo depende
también de la persona. Algunas mujeres quieren ser muy crueles. Otras son más
de negociar hacia qué cosas ir exactamente. Necesariamente, yo no muestro la
misma cara a todo el mundo.
Freud
decía lo mismo sobre la homosexualidad, que muy pocas personas son totalmente
homosexuales o heterosexuales. La mayoría de nosotros tenemos una inclinación
definida tanto hacia nuestro sexo como hacia el otro, pero también tenemos
inclinaciones en ambos sentidos, incluso si elegimos no hacer nada sobre ellas,
incluso si las reprimimos. Es interesante que estos días, las mujeres parecen
más y más capaces de aceptar que su sexualidad es fluida, mientras que muchos
hombres todavía luchan con la idea de ser atraídos por otros hombres y que
parece ser tan cierto en el mundo de la D/s como fuera de él.
Uno
puede ir tan lejos como quiera para argumentar que los actos sexuales
realizados por la gente de la D/s y vainilla, con frecuencia, no difieren mucho
entre sí. Todo el mundo besa y acaricia y a todos nos gusta apretar y
mordisquear, empujar o ser penetrada. De acuerdo, la gente vainilla no se atan
unos a otros o se azotan (Ahora, eso sería realmente muy perverso), pero hay
toda una zona de sexo duro donde lo vainilla se hace perverso. En cualquier
caso, creo que no existe ningún acto sexual que no contenga alguna clase de
intercambio de poder. Siempre hay uno que está encima y otro, debajo, incluso
sin que les sea aparente a ellos quién es quién.
Alguien
tiene que liderar la carrera. Tal vez, la diferencia clave con la D/s es que
ambas partes aceptan que esto es así y, de hecho, le dan la bienvenida. Ellos
han elegido conscientemente el reconocer que uno tiene el control y la otra
parte quiere que él (o ella) lo ejercite y ellos direccionan sus impulsos
sexuales.
Coincido contigo en lo del intercambio - o cesión - de poder. Poner el acento conscientemente en la cesión de poder es la clave y lo que diferencia ambos tipos de sexo.
ResponderEliminarSi bien, en mi caso, abrazo todos los matices que pueda ofrecerme el sexo, desde los momentos íntimos y románticos hasta las más cuestionables perversiones, dependiendo del momento y mi estado de ánimo. Reconozco que es fácil, demasiado fácil que se me acaben escapando unos azotes. Pero eso no significa que todo el sexo deba, para mí, afrontarse como una sesión. Hay momentos para todo, por suerte.
Y por ello no dejo de considerarme dominante. Sea todo lo límite o suave que sea el encuentro, tendré el control y la iniciativa. Eso es lo que nunca podré evitar, pero eso es diferente de las formas en las que se pueda desarrollar el encuentro.
Evidentemente, esto es fácil para mí, ya que mi pareja es mi sumisa y, sin necesidad de conocer a otras personas, me puedo centro en explorar todas las posibilidades que pueda aportarnos nuestra relación. Como buen español, me gusta el calorcillo... y también el fresquito. En la variación está el gusto.
Saludos desde La Mansión de La Luz
Me resulto muy interesante tu escrito.
ResponderEliminarSaludos!
Señor de la Mansión, personalmente comparto la mayor parte de tus criterios...
ResponderEliminarEs una suerte verte por mis feudos...
Un saludo,
Ben Alí
Gracias, por visitarme y que te sea útil...
ResponderEliminarUn saludo,
Ben Alí