miércoles, 14 de septiembre de 2011

Soliloquio de una sumisa

“Hay dos cosas que golpean mi mente:
Él me gusta. Wow.
Maldita sea, ¿qué demonios me va a pasar ahora?
Siento que estoy en el momento de ponerme las botas y empezar este viaje. Todo lo que tengo y que he aprendido sobre mí misma me ayudará a ponerme en buena posición. Pero, después de las conversaciones de los últimos días, él ha invadido mis pensamientos y mi conciencia. Anoche, después de hablar durante un rato, mi mente estaba zumbando. Yo no podía dormir,  estaba cansada, no quería acostarme, pues físicamente no podía mantenerme de pie y las imágenes y pensamientos dando vueltas y vueltas eran vívidos, oscuros e intensos y excitantes. Y, ¿estaba yo húmeda? Como si él hubiera estado allí en la habitación. Y su voz – me hace pensar en chocolate negro derretido y ya siento como que nunca lo quiero dejar.
Por lo tanto, ¿cuáles son mis expectativas y qué estoy buscando?
-        Complacer, servir y adorar.
-        Ser atendida antes, durante y después.
-        Ser usada y rota, ser presionada y acosada y luego mantenerme apretada.
-        Hacer que él se sienta orgulloso.
-        Experimentar la vida y los pensamientos a través de sus ojos.
-        Tomar el control de mi furia ardiente y entregarla para que me controle.
Quién sabe a dónde estoy yendo, pero estoy yendo al hombre, al Dominante soñado para disfrutarlo. Tal como me dijo mi amiga en su lenguaje habitual: “Cógelo y adelante.”
(Gemido).

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