jueves, 5 de diciembre de 2013

¿Puede ser una mujer demasiado sumisa?



Por lo menos, hay dos clases de problemas que molestan a las mujeres sumisas. Por una parte, existe la preocupación de que ella no es lo suficientemente sumisa. Por mucho que le dé, teme que él aún quiera más y empieza a preguntarse si alguna vez podrá darle todo lo que él exige.

Algunos días, se despierta y no siente que sea sumisa, no sabe si esto es, en realidad, lo que ella quiere después de todo. Luego, con un poco de suerte, los sentimientos de la sumisa vuelven corriendo y ella recuerda dónde está su verdadera satisfacción. Aun así, hay cosas que nunca ha hecho antes, ni siquiera las había pensado. Pero, las cosas de las que él le ha hablado y, parece decidida a intentarlo, no sabe si puede. Ella teme ser un fracaso.

Y luego hay un conjunto de contradicciones y preocupaciones. ¿Qué pasa si ella es demasiado sumisa? Un dominante podría pensar: “¿Cómo es esto posible?” Con seguridad, él quiere que ella sea tan sumisa como pueda. Cuanto más pueda recibir, más lo disfrutará él. Pero, lo que a ella le preocupa de esto es, si le permite hacer sólo lo que a él le agrada. Nunca ofrece la más leve resistencia, pero absorbe todo lo que se produce en ella, ¿podría darse el caso de que se aburra de ella? Esta piensa que, tal vez, el dominante disfruta los retos con una mujer que necesita ser seducida, engatusada, manipulada e incluso “forzada” para hacer lo que él quiera. Ella piensa que si se lo pone demasiado fácil y no lucha en contra de su dominación, él pueda perder interés. Se supone que no quiere una mujer felpudo. Tal vez, incluso, se lo haya dicho alguna vez. Ella abraza su sumisión con los brazos abiertos, pero, ¿no preferiría él que ella estuviera un poco nerviosa y no tan domesticada ni demasiado predecible?

Desde el punto de vista de un dominante, no puedo decirte lo que es ser demasiado sumisa o, lo que no es o ser lo suficientemente sumisa. Tienes que trabajar estas cosas  por ti misma a través de pruebas y errores y con un montón de comentarios. Cada relación es diferente. Pero, hay una o dos cosas que me gustaría decir. La primera, es verdad, que no puedes convertirte en una mujer sumisa si no lo eres. La naturaleza sumisa está o no está en la mujer.

Sin embargo, es posible que tengas mucho que sacar y, por supuesto, que es donde está lo divertido. Desentrañar sólo lo que puedas conseguir al someterla, especialmente, todas esas cosas que ella juró que nunca haría. Pero resulta que, solo necesita ser puesta en el camino correcto. Tal vez, y de tal manera, que la negativa no pueda aparecer más que como una opción.

Es increíble lo que se puede conseguir que las mujeres hagan, si las pones en el estado de ánimo adecuado. A menudo, te puedes encontrar con que una mujer se preocupa de que no puede ser lo suficientemente sumisa porque, simplemente, usted no ha encontrado el enfoque adecuado para la misma. No estoy diciendo que las mujeres sumisas no tengan sus propios y estrictos límites. Por supuesto, sí los tienen.

Pero, si usted encuentra que ha llegado a un límite, mi consejo es girar un poco y trabajar en otra cosa diferente. Tal vez, en algo que no hayáis podido hacer nunca o algo que la atraiga sin que usted perciba que no es un límite, como ella piensa que es. Y, entonces, cuando usted puede encontrar, después de que usted haya conseguido pasar por debajo de sus defensas, en particular, con este tabú, que resulta luego más vulnerable de lo que inicialmente pensaba y que nunca podría llegar a hacer.

Un pequeño ejemplo. Tal como shy ya ha admitido en su comentario sobre un  post anterior, ella me anunciaba al principio que no le había gustado la humillación. Y luego, cuando eso resultó ser simplemente una cortina de humo, se retractó un poco y dijo: “De acuerdo, pero nunca le permitiré que me humille en público.” Por lo tanto, hasta ahora, no lo he intentado. De cualquier modo, no seriamente. (Mientras estábamos comiendo, le prohibí que me hablara o mirara durante cinco minutos. Su sonrojo, mientras ella miraba hacia la mesa, era digno de observar.) Pero, al mismo tiempo, la dejé claro que, bajo mi punto de vista, no había cosas que yo pudiera requerirle y ella era libre de rechazar. Hay cosas que he decidido no preguntarle o que, hasta ahora, no se las he preguntado por varias razones, que pueden incluir el hecho de que ella pudiera encontrarlas estresantes o amenazantes para su privacidad o bienestar. Por lo tanto, nos alejaremos de esas cosas, al menos por ahora, y tomemos otro rumbo. Hay un montón de cosas que puedo hacer que ella haga, que me agradan en gran manera y que sé que no podrá resistirse, incluso si a ella no le pudieran gustar. ¿Y el resto de las cosas, las cosas realmente difíciles? Tal vez, llegaremos algún día a ellas. Nunca digas nunca, querida.

En cuanto a la mujer que se preocupa por ser demasiado sumisa, shy me admitió, posiblemente en un momento de descuido, que haría cualquier cosa por mí. ¿Cualquier cosa? Cualquier cosa. Pero que no la haga una presa fácil. No creo que realmente exista algo como una mujer que sea demasiado sumisa. Sólo existe una mujer que, simplemente, todavía no se le ha pedido que haga cosas difíciles. Si algunos de ustedes piensan que ella es demasiado sumisa, entonces, suba la apuesta. Presione con más fuerza contra las zonas donde ella ofrezca la resistencia más obstinada o contra esos sitios donde ella nunca ha sospechado que sería el objetivo de un asalto. Si usted es capaz de abrir una brecha en sus defensas, siga atacando con más ahínco su posición fuertemente fortificada u otra que ella piense que nunca será descubierta. Incluso, la mujer aparentemente más sumisa tiene uno o dos reductos que cree que están a salvo de ser invadidos. Cuando shy me dice que haría cualquier cosa por mí, no estoy muy seguro de que sea consciente de las implicaciones de lo que me está diciendo, tal vez, porque no se ha encontrado antes con un dominante que esté preparado para obligarla a hacer lo impensable.

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