martes, 10 de diciembre de 2013

Siga pensando



Por lo tanto, existe un cierto consenso entre mis lectoras de que puede haber una conexión entre una relación difícil con la madre y una tendencia hacia la sumisión sexual, a pesar de que no sea una explicación suficiente y haya un montón de mujeres que tienen madres difíciles y que no son sumisas.

En tal situación, la niña puede sentir con frecuencia que el padre no es la persona adecuada para cumplir su función. Él no defiende a la niña cuando su madre es cruel con ella, no la protege. Y puede ser que en su vida adulta, la mujer busque a un hombre que cumpla ese papel. Un buen dominante no es sólo una figura de autoridad que proporciona la orientación y la disciplina necesaria e, incluso, el castigo si se lo mereciera (lo que también es el medio para conseguir la expiación y el perdón). Un buen dominante también nutre a su sumisa, la conforta y la protege, la alienta, la alaba y hace todas las cosas que un buen padre también hace. Ella confía en él. Este es la única persona que no la decepcionará. Ella anhela su aprobación, teme que se disguste y se esfuerza constantemente para no defraudarle. Por supuesto, que el dominante no es actualmente el padre, porque él también hace lo que ningún padre haría: follársela. Él entiende la naturaleza exacta del placer sexual que ella tanto ansía y satisface su necesidad (la de ella). Probablemente, esta sea su combinación ideal, su dominante la enriquece y la gratifica.

Ahora, la pregunta que me surge es la siguiente: ¿Es, en cierto modo, la mujer sumisa una niña? ¿Mira siempre al dominante de la misma manera que una niña mira a su padre? ¿Acaso, puede existir una relación así entre iguales? Es bastante común que un dominante se refiera a su “chica” como a su “chiquita.” Es una minoría de mujeres sumisas quienes buscan hacer esto explícitamente, que, de una manera activa, buscan jugar bajo el rol de una “niña chica.” Actuando y llamando a su dominante “Papá.” Pero, ¿no existe este elemento soterrado en todas las relaciones D/s? Mi experiencia de ser “Papá” es limitada y reciente. Pero, mirando hacia atrá, puedo percibir trazas de esta dinámica en relaciones anteriores. Esto puede haber sido reforzado por el hecho de que invariablemente, he sido más mayor que las mujeres sumisas con las que he estado involucrado. Y, a veces, mucho más. Y el grado en el que existía un elemento de “niña chica” en su comportamiento, variaba mucho. Nunca hay dos relaciones iguales. Pero, mirando hacia atrás, puedo sentir que, a menudo, ellas eran hasta cierto punto, “mi niña.” El mayor elogio que podía darles era “buena chica.”

Pero, si seguimos esta línea de investigación, ¿cómo puede aplicarse esto a esas mujeres que son switch, que pueden cambiar de ser sumisa a ser dominante y coger la sartén por el mango? Aquí, no puedo hacer más que especular. Ningún padre sabe exactamente lo que la niña quiere que él o ella sean. Esto forma parte del proceso de su crecimiento, el reconocimiento de que las personas somos imperfectas, que nuestros padres son seres humanos con defectos, al igual que nosotros. Pero, quizás, en el caso de la mujer que ha recibido alguna agresión de su madre y siente que el padre no estuvo a su lado, puedan existir algunos sentimientos largo tiempo almacenados, incluso, de una manera inconsciente, de resentimiento hacia él, que luego se expresan en un deseo de daño al hombre, al dominante, al cual ella se ha sometido. Él va a sufrir, aunque sólo sea de una forma simbólica, su venganza.

Extrañamente, no puedo, a través del análisis de mi propia educación, hacer cualquier conexión entre mi deseo de dominar a las mujeres y mis relaciones con mis padres, los cuales parecían carecer de la más mínima insinuación de patológicos. He oído decir que los hombres dominantes que fueron golpeados por sus padres y no protegidos por sus madres, estas secuelas la sacan todas las mujeres, suelan castigar a algunos hombres por culpa de sus madres. Pero, esto no tiene nada que ver con mi propia vida. Tal vez, un psiquíatra pudiera explicarlo. Pero, ya que me siento bastante bien ocupado en estos días, no creo que me moleste en pedirle una cita.

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