domingo, 17 de septiembre de 2017

Quiere que la libere

Acostada desnuda sobre su espalda, pellizcando sus propios pezones, muriendo por jugar con su clítoris, rogándole para que la cogiera, ella hace lo que él quiere, sin importar cuán placentero o doloroso sea.

Empapando sus bragas. Haciendo todo, excepto tocarse su coño. Agarrando sus pechos, fuerte, muy fuerte. Humedeciéndose más y más. Entonces, cuando ella ya no puede aguantarlo más, le pide que la libere.

Pidiéndole que se adueñe de ella, que la posea. De modo que, mientras esté al lado de él, aquélla no tenga que pensar en el trabajo, en nada de lo que la rodea, sino sólo preocuparse en nada más que las sensaciones.

La libertad a través de la sumisión.

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