jueves, 28 de septiembre de 2017

Usted puede ser...

“¿Puede ser usted cruel?” Pregunta ella. 
Puedo ser cruel, pero mi crueldad no es mi recompensa. Mi recompensa es tu satisfacción al recibir lo que con tanta fuerza deseas.

“¿Va a hacerme daño?” Ella quiere saber.
Te lo haré puesto que deseas que te lo haga. Seré comedido al aplicar el dolor, te llevaré más lejos de esos lugares que deseas explorar. Es decir, más allá de la profundidad de tu mente y la oscuridad de tu anhelo.

“Usted es muy amable. ¿Puede usted realmente cogerme?” Le pregunta cortésmente. 
Mi bondad es acariciarte. Es mi verdadero yo, pero no me impide cogerte, sino que también me permite guiarte y comprenderte, mimarte y protegerte.

“¿Sabré que usted es mi Dominante y mi sádico?” Ella consulta. 
Puedes estar segura de que lo sabrás. La maestría es de mi corazón, mi dominación es como soy y mi sadismo es lo que buscas. Por lo tanto, desearás estar conmigo.

“¿Podrá usted cogerme?” Ella pregunta con picardía. 
Puedo correr, puedo buscar, puedo mantener, puedo frenar, puedo atar y puedo vendar. Por tanto, podré cogerte.

“¿Podrá usted hacer que le obedezca?” Su ego la obliga a preguntar. 
No vas a desear otra cosa que obedecerme. La aquiescencia de tus palabras caerá de tus labios libremente, tal como serás llevada al lugar donde sabes que tienes que obedecer.

“¿Dónde está ese lugar?” Su curiosidad le puede. 
Es nuestro alfa y nuestro omega. Es nuestro principio, está allí para nuestro fin. Es un
lugar de luz y oscuridad. Es un lugar de realización y amanecer, un lugar de aceptación y entrega. Es un lugar donde encontrarás el poder y donde lo perderás. Es un lugar donde nuestros ojos se encontrarán y sabrás que estás en él. No existe, pero será real para ti y para mí. Es un lugar que lo conoceremos cuando lleguemos allí. Es el lugar donde vas a decir: “Sí.”

“¿Es usted mi Dominante y mi sádico? Ella se pregunta a sí misma
 
Si lo deseas, entonces, lo seré.

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