Un
Dominante, un top, o cualquier otra etiqueta dominante que elijas encarnar en
este estilo de vida, conlleva algunos rasgos subyacentes, cualidades y
atributos, que necesitan estar allí, para hacer que el título que llevas, lo
sienta real la sumisa que te está siriviendo.
Responsabilidad:
Cuando
estoy en el trabajo, soy responsable de aquellas personas que trabajan bajo mis
órdenes y de la totalidad del trabajo que necesita ser acabado, está bajo mi
alcance. Incluyendo cualquier trabajo que realicen, está bajo mi vigilancia y
responsabilidad para asegurarme de que se hace correctamente. Lo mismo ocurre
en una relación D/s. Si mi sumisa está fastidiando o fallando, es porque no
estoy haciendo un buen trabajo al dirigirla. Y adivine qué, cuando pienso en
cualquier transgresión, siempre se correlaciona conmigo, al no estar en el
estado mental adecuado con el fin de guiarla e inspirarla. Es curioso cómo
funciona esto.
Es por
eso, el que la mayoría de las sumisas que entran realmente en una relación D/s
quieren servir y están en un estado variable, naturalmente sumiso, claro. Pero,
en verdad, buscan inspiración y un camino a seguir por pura necesidad interior.
Es por eso, que ellas desean a aquellos que son de naturaleza dominante. Tú no
ves a dos sumisos tratando de servirse el uno al otro (que suena sexy como el
fornicar, pero, si estuvieran desnudos).
La D/s
es una asociación, que bebe de ambas partes para equiparar una dinámica rica y
significativa. Pero no se equivoquen, el Dominante es el capitán e, incluso,
siendo de las maneras más sutiles, la personalidad de la sumisa va a seguir
hasta cierto punto y si la relación va a seguir funcionando, el capitán debe
asumir la responsabilidad, a veces, y asegurarse de que se mantengan en el rumbo
de la ruta acordada. Nadie quiere acabar naufragando en una relación.
Consistencia:
Mi
sumisa podría presumir en ciertos momentos de lo maravilloso que soy y qué gran
Dominante soy, y luego, en otras ocasiones, sí, pero no tanto. ¿Es por que me he
convertido en una persona diferente? No, es porque soy inconsistente con lo que
hago desde mi disposición general ante la forma de hacer cumplir los
protocolos. La inconsistencia destruirá una relación D/s más rápidamente que yo
pueda destruir unas nalgas delicadas con una paleta kapow.
La D/s
trata sobre la estructura. Se trata de entender y definir expectativas claras y
definidas. La inconsistencia es el talón de Aquiles de un intercambio de poder
que funciona.
Esta
funciona en ambos sentidos. Es imprescindible ser consistentes y considerados
entre sí, porque, incluso, si te sientes fuera de lugar, tienes que aparecer y
estar a la altura de la dinámica, porque es mucho más que sólo tú, dado que
debes contar que dependes de tu pareja. Por supuesto, surgirán múltiples
circunstancias que harán que la aparente exhibición del intercambio de poder se
ponga en pausa, pero durante las luchas diarias que puedan dificultar nuestras
capacidades de liderar o servir, debemos impulsarlas para mantener la base de
la dinámica.
Honor:
Hay
algo sagrado al asumir las responsabilidades de otra persona. Ya sea durante
una sesión, una aventura puntual o una relación. Es un honor ser honrado con la
confianza de alguien que esté dispuesta a servirte y explorar algo arriesgado e
intenso bajo tu guía.
Esa
confianza siempre debe ser honrada y siempre debe proyectarse hacia fuera por
el bienestar de la sumisa, ya sea mental, física o emocionalmente. Espere y
exija que honren también su dirección. Pero hay algo más importante aún, el
Dominante necesitará inspirarlas para que justo hagan eso.
Cuando
se honra y se asume la responsabilidad de una sumisa, de una manera
consistente, no se puede predecir qué grandeza podría surgir de semejante
conexión. Pero cualquier cosa que venga de ella, y de cualquier duración, será
siempre algo especial, porque cuando tienes todo eso en un intercambio de
poder, ¿cómo no va poder ser?
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