Le dije que
quería destruirla. Dejar que mi bestia primaria saliera para poder devorar su
piel lechosa, y deleitarme con los gritos que se escaparan de mi presa, que
estaba debajo de mí. Por lo tanto, ella estuvo de acuerdo y se sometió a mis
deseos.
La agarré con
decisión, y la puse sobre la cama, atándola con firmeza. Ningún movimiento era
posible. Muñecas y tobillos atados juntos. Luego, empecé a azotarla, más
mordiscos y arañazos.
Los gemidos
comenzaron y como el dolor aumentaba, también lo hicieron los gritos. Pronto,
ella sería destruida y entregada a mi poder como un acto de amor.
A continuación,
me envolví alrededor de ella. En vez de los mordiscos, le di besos y los golpes
se tornaron en caricias de mascotas. Mis manos recorrieron su espalda, pero sin
implementos, sólo con la suave comodidad de la palma de mi mano, calmando su
piel roja y caliente. Envolviéndola en amor y consuelo.
Le dije que
quería destruirla, pero nunca lo haré y, tal vez, por eso ella estaba tan
mojada y tan humedecida, y tan enamorada.
Debe ser por eso :)
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