martes, 24 de octubre de 2017

Ella quiere un hombre

Ella quiere un hombre vainilla, alguien con quien pueda citarse antes de que considere dominarla. Con el que tenga conversaciones y no le hable de cuerdas ni de floggers. Que empiece a conocerla hablando con ella, y no follándola.

Ella quiere un fracaso. Un hombre que alguna vez haya perdido a alguien que daba por asentado que era suya. Un dominante así tiene menos probabilidades de cometer el mismo error dos veces.

Ella quiere un héroe. Un tipo que sea lo suficiente poderoso como para llorar.

Ella quiere un hombre real. Alguien que haya vivido los años suficientes para saber que la gente importa, el amor importa y ella también importa. Alguien que, cuando se ría lo suficiente, se desplieguen sus patas de gallo, las cuales estén tan bien grabadas como sus principios.

Ella quiere un hombre con ojos calientes. Uno que esté allí para atusar su cabello fuera de su cara, cuando ella tenga fiebre, que le lleve una sopa de puchero cuando tenga la gripe, con quien ella pueda estar en silencio, porque no la obliga a intentarlo cuando está enferma.

Ella quiere un Dominante. A alguien, cuyo objetivo sea llegar a conocerla íntimamente, porque quiere ganarse su sumisión o masoquismo, y no pedirlo. Quiere un tipo que sepa la diferencia entre un dominante y un dominador, tanto como si ella quisiera que le ordenaran en algún tipo de juego de rol, como que la contrataran como una prostituta.

Ella quiere un hombre maduro. A alguien, lo suficientemente cómodo en su madurez para estar en contacto con su lado infantil. Alguien que diga la verdad, no porque pueda ser cogido en una mentira, sino porque la honestidad le importa. Interesa porque él tiene integridad y no puede sentirse bien consigo mismo de otra manera. Ella quiere un hombre que lleve la honestidad como no negociable en aras a su propio orgullo y bienestar, porque ninguna persona puede evolucionar sin la capacidad de ser honesta consigo misma, y ninguna relación puede evolucionar sin dos parejas que digan las mismas verdades.

Ella quiere un hombre que cometa errores. Un tipo de hombre que esté íntimamente familiarizado con sus propias debilidades y que no vea reconocer su culpa como una pérdida. Quiere un hombre que camine a su lado, no uno que se posicione frente a ella, como si estuvieran en guerra cada vez que se encuentren con problemas.

Ella quiere un osito de peluche. El afecto es una de las cosas más mágicas del mundo y ella no quiere pasar el resto de su vida sin él. Quiere un hombre que coja su mano cuando caminen juntos, que ponga la mano sobre la pierna de ella cuando conduce, que la bese en cualquier momento y no sólo cuando quiera tener sexo.

Pero, por encima de todo, ella quiere un amante. Quiere a alguien que la ame, alguien que se sienta como si estuviera en casa, alguien que esté en casa.

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