martes, 10 de octubre de 2017

Sus cicatrices están hechas de oro

Ella tiene las suficientes fracturas en su historia como para crear una línea de fallo permamente en su psique. Violación, trauma, anorexia y depresión son todas las etiquetas que dejó de esconder en los chats y foros hace una época y, de vez en cuando, alguien las cambia por un nuevo título: Rota. Es una palabra que la gente en el mundo real raramente utiliza para describirla, porque han pasado años desde que ella decidió que había sido bastante victimizada por sus debilidades. Varias batallas épicas posteriores la hicieron más entera.

 

Algunas personas usan puntos y comas para simbolizar el momento en el que llegaron cerca de la muerte, pero lograron continuar. Si empezar de nuevo era tan lineal y sin complicaciones, como una pausa en una frase, la industria de la salud mental sería un infierno mucho menos rentable. Ella prefería el símbolo de Kintsukuroi para representar su cambio, de estar medio muerta a estar medio viva.

El kintsukuroi es el arte de reparar cerámicas rotas usando oro. La filosofía que subyace en esta técnica es que la rotura debe convertirse en parte de la historia de la pieza, así pues, en vez de intentar ocultar las grietas, se convierten en una parte de su belleza. La reparación convierte lo que, a menudo, es una pieza de cerámica relativamente inútil en una obra de arte invaluable.

Ella se identificaba con el kintsukuroi porque sin su enfermedad y sus traumas, no tenía profundidad ni fuerza. Siempre se habían compadecido de ella, pero no tenía forma de aplicar su lado empático a este mundo y a su gente. Ella era demasiado superficial e inconstante para eso.

Ella no se arrepiente de ninguna de las virutas y grietas de su psique, porque la han convertido en la persona compleja y variada que es hoy. Debido a ello, está más presente. Puede amarte cien veces mejor y protegerte más de setenta veces de lo que podría, hace una década. El sufrimiento hizo que la puesta de sol fuera más hermosa y convierta a la más pequeña de las alegrías de la vida en eventos de éxito. Ahí, es donde el oro de su reparación es visible. Ella no está rota, está kintsukuroi.

Es fácil convertir a las personas que han llegado a través del horror en héroes, pero eso no hace a ningún superviviente ningún bien, porque hace que la recuperación parezca a menudo demasiado difícil. Hoy, ella está orgullosa de sus cicatrices, pero no es más resiliente que una persona cercana. La investigación muestra que la mayoría de la gente encuentra su camino hacia la felicidad a través del sufrimiento. Por lo tanto, ella no es inusual. Son quienes nunca se recuperan los que son raros. Así pues, si te has encontrado destrozada en veinte trozos, no estás rota. Eres una kinktsukuroi. Sólo te sientes rota porque todavía estás ocupada mezclando tu oro.

3 comentarios:

  1. Qué hermoso escrito.

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  2. Muy bello. El arte del kinktsukuroi o el arte de renacer, como la diosa celta, donde muere en invierno y renace en primavera para hacerse más fuerte, bella, poderosa y valiente. A.

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  3. :) oro, plata, aveces barro. Todo sirve.

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