¿Puedes forzar
a una mujer a que tenga un orgasmo? Es un acto de intenso placer y, en gran manera, deseado. Así pues, ¿por
qué debería forzarla a tener un orgasmo
cuando ella lo quiere de todas las maneras? Y puesto que, para tener un
orgasmo, hay que tener el deseo, ¿puede una mujer ser forzada a tenerlo si no
tiene ese deseo inicial? ¿Puedes conseguir que una persona se sienta sexy si no
quiere? El sentido común podría sugerir muy poca cosa. Pero pienso que, cuando
una relación está basada en la dominación y la sumisión, los problemas del
deseo y la voluntad pueden ser muy complicados.
Algunas mujeres disfrutan
siendo atadas. Les gustan estar completamente indefensas, atadas de pies y
manos para que no puedan moverse ni un centímetro. Entonces, ¿qué vas a hacer
con una mujer una vez que la tienes en esa posición? ¿Qué pasa si no le gusta
el dolor, no quiere ser azotada ni tener sus pezones pinzados? Le gusta
sentirse impotente, pero no quiere que le hagan daño. Bueno, siempre existe la
humillación con motivo de su objetificación. Puedes hacer una inspección íntima
de su cuerpo, aprovechando su situación, para echarle una mirada a lo que
normalmente está escondido y puedes meter los dedos o cualquier otro objeto en
cualquiera parte de su cuerpo que te agrade. Y es bueno burlarse de ella,
acariciarla, pellizcarla y mordisquearla en todas las partes de su cuerpo,
viendo cómo se endurecen sus pezones o lo mojada que has conseguido que se
ponga.
Pero, más pronto o más
tarde, la pregunta surgirá, ¿sigues dispuesto a conseguir que ella se corra? Es
divertido bromear, prolongar hasta un extremo insoportable la solución de este
problema. Las mujeres sumisas suelen ser terriblemente impacientes y darles una
lección sobre la virtud de esperar su placer y no conseguirlo inmediatamente,
puede ser más valioso. Pero eventualmente, es probable que decidas presionarla
hasta el límite, aunque solo sea para ver de cerca cómo los espasmos del
éxtasis la dominan.
Pero entonces, ¿qué? ¿Vas
a dejarla que se corra? Seguramente, existen dos posibilidades remotas. Veamos.
Ella ha tenido un orgasmo. Tal vez, deba tener otro. ¿Por qué? No existe
ninguna razón, excepto que es su deseo y tú disfrutas viéndola perder su
control en el momento del clímax. Por lo tanto, tú decides si ella debería
correrse nuevamente. Ahora, de acuerdo con mi experiencia con las sumisas poco
putillas, raramente, una sola vez es
suficiente. Por lo tanto, la oportunidad de una segunda ayuda es ansiosamente
aceptada. Y puede ser que hasta otra, también, después de una pausa para que
recobre el aliento. Pero, y aquí es donde empieza a ser interesante, supongamos
que usted quiere intentar un cuarto o un quinto orgasmo o más. Incluso la mujer
más codiciosa querrá, en algún momento, sentir que suficiente es suficiente.
Ahí es cuando tú debes insistir que eres el único que decide cuándo es el
momento de parar.
Probablemente, perderé
algunas lectoras y lectores. Sé que esta clase de cosas no es para todo el
mundo. Pero, también sé que algunas mujeres se excitan pensando en esto. Les
gustan el control y la indefensión y les encantan la idea de ser una puta
completamente desvergonzada, corriéndose una y otra vez, incluso no se culpan
por ello porque, después de todo, se les obligó a aceptar.
Mi experiencia, por lo que
merece la pena, es que si tú vas a trabajar sobre este truco en particular,
necesitas dos cosas (aparte de una víctima voluntaria). La primera, esto
funciona mejor si tienes un vibrador potente. Una mujer me dijo una vez haber
tenido un orgasmo con un vibrador de este tipo y sintió como que estaba siendo
arrancada por la fuerza, que es precisamente el efecto que pretendemos.
¿Y la otra cosa? Supongo
que el dominante necesita tener una mente perversa, preparada para pasar por encima de las protestas de ella,
de: “No más, por favor.” Tienes que estar dispuesto a presionarla de verdad,
mostrarle quién está al frente de la relación.
Puedes sorprenderte de los
resultados que puedes conseguir.
Es interesante lo que comenta, sin embargo, no logro terminar de entender eso de "sumisas poco putillas", francamente, no considero que las sumisas seamos putillas, ni mucho ni poco, partiendo de ahí, nuestra entrega será mayor cuanto mas grande sea la fuerza que ejerza el Dominante sobre nuestra mente y cuerpo. No se trata de putas, se trata de que El sepa tocar las teclas adecuadas.
ResponderEliminarAl decir "sumisas poco putillas", no me refiero al sentido que tiene la sociedad de la mujer que se dedica a vender su sexo, sino al que expreso en mi artículo "Puta." Es decir, mujer sumisa que le gusta el sexo.
ResponderEliminarEs indudable que una mujer sumisa se entregará más a su Dominante en la medida que este sepa darle sentido "inteligentemente" a su vida a su vida sensual.
Como también estoy de acuerdo que no solamente es el sexo lo más importante en una relación D/s. Es otra faceta.
Saludos
Le agradezco la aclaración, es un tema complicado de expresar sin temor a escribir un ladrillo en el blog.
ResponderEliminarSaludos, buen fin de semana.