jueves, 31 de marzo de 2011

La estética sexual

Tengo un amigo que no le gusta que las mujeres cambien el aspecto de la zona de su vello púbico. Prefiere el Monte de Venus lleno de vello, al natural. ¡Pobre hombre! En estos días, tendrá que recorrer muchos caminos para encontrar lo que le gusta. ¿Es que hay alguna mujer sexualmente activa en el mundo occidental avanzado que no tenga recortado o afeitado el vello de su pubis? Esta tendencia está cambiando universalmente la estética sexual de la mujer.
Un historiador de arte podría escribir un libro de entretenimiento de las idas y venidas del vello púbico en las representaciones del desnudo. Durante siglos, no existió. Actualmente, no es del todo cierto. Confiando en la memoria, yo diría que las estatuas griegas de los hombres tienen una mata de vello rizado entre las piernas, pero las mujeres, nunca. ¡Qué extraño es eso! En la pintura occidental, a pesar de las obsesiones por las formas del desnudo femenino, el vello púbico brilla por su ausencia. Es cierto que la famosa pintura de Courbet “El origen del mundo”  es, en efecto, un primer plano de un pubis con un exuberante crecimiento del vello. Pero la pintura estuvo comisionada por un coleccionista de imágenes eróticas y no destinadas a exposiciones públicas, lo que es casi normal.
Supongo que la historia de la noche de bodas del crítico de arte John Ruskin es instructiva. No habiendo visto nunca a una mujer desnuda, sino solamente fotos de ellas, se cayó desmayado cuando vio por primera vez el penacho del Monte de Venus de su esposa. El pobre hombre nunca se recuperó. Su esposa permaneció virgen hasta que se divorció. Se casó con el pintor John Malláis. Obviamente, él estaba hecho de otra pasta. Sin duda, había estado follándose a sus modelos y sabía cómo era una mujer de verdad. Ruskin posteriormente se volvió loco.
Mi amigo parece tener el complejo de lo contrario. No podrá mejorar a la naturaleza. Sus disgustos por el lirio dorado puede ser una actitud admirable en algunos aspectos, pero no puedo decir que estoy en sintonía con él cuando se trata del cuerpo humano. Quiero decir, yo no sugeriría que el cabello de la cabeza de una mujer permanezca intocable por las tijeras, ¿verdad? Sería desastroso. De hecho, es la parte del cuerpo de las mujeres donde ellas están más preocupadas, me inclino a decir que contra más artificios, mejor. Creo que fue Bette Middler quien dijo: “¿Qué? ¿Quieres decir que hay mujeres que nunca se tiñen el pelo?” Esto se aplica también hasta en el vello púbico. No es tinte, aunque eso sea otra opción, quiero decir simplemente, un estilo diferente. No voy a decir en público qué estilo exactamente impongo a mi sumisa (aunque tengo una preferencia bien definida). Me limitaré a exponer que creo que la zona del pubis es un sitio legítimo para la expresión artística.
Mi amigo tampoco tiene ningún interés por la ropa interior de las mujeres. Supongo que es, al menos, una vez más consistente, al preferir la desnudez, desdeñando todos los arcos pequeños y los volantes, las cintas, los lazos y los bordados usados para decorar la ropa interior. Él piensa que la ropa interior es una cuestión de utilidad y es para quitársela lo antes posible. Creo que es una negación de un placer estético intensamente erótico. Me encanta la seda y el satén, los trozos de gasa transparente que casi se pueden ver a través. Casi, pero no del todo. Ese es el tema. Y los colores. Claveles y violetas, negros y rojos, tonos lila y espectaculares colores de turquesa y verde limón. Realmente, estamos en el apogeo de la ropa interior femenina ¿Alguna vez, las mujeres han tenido una variedad tan amplia de cosas bellas? Y no todas muy caras.
A veces, pienso que puedo estar casi tan interesado tanto en la ropa interior como en lo que hay tras de ella (aunque, por supuesto, es el saber de lo que está dentro lo que le da a la prenda su carga erótica). ¿Por qué alguien quiere privarse a sí mismo de tal placer que yo no me lo puedo imaginar? Parece una extraña especie de puritanismo.
                                                                                                          

3 comentarios:

  1. Yo también pienso que el menospreciar algo como la ropa interior, relegándola al simple plano práctico es una pena. Es negarse el placer de la insinuación, de la caricia de la seda contra la "seda"....
    Hay gente que está tan obcecada en la meta que no saben disfrutar el camino

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  2. Estoy sorprendida, no por lo escrito, sino por la esencia, procurare poner más atención a esto...

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  3. Comentalo también con tu pareja, si la tienes...

    Buen día...

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