domingo, 5 de junio de 2011

El verdadero amor


Un hombre dominante es justo eso.
Él no se puede apagar.
Una mujer sumisa lo ama por lo que es.
Su corazón está firme y ella le sigue;
Como es su deber.

Un hombre dominante es fuerza por naturaleza.
A menudo, una ligera brisa de verano pero
Algunas veces, el estruendo de un día horrible.

La mujer sumisa se mantiene enhiesta
Pero tiene una mente, así como un corazón.
Ella se refugia en el silencio de la cueva.
Ella reúne sus pensamientos;
Está en calma, respira profundo, resucita.

El hombre dominante espera su regreso
Como al oso sin su desayuno.
Es su amor incondicional
Que mantiene su vida latente.

Como lo opuesto se atrae,
Por lo tanto, se reconectarán
Dos corazones laten al ritmo
Del mismo tambor: Amor

3 comentarios:

  1. Preciosos versos.
    Y precioso además que el eje de ellos sea el amor.
    Una vez más, feliz de haber pasado por aquí.
    Cariños.

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  2. Me gusta...con permiso, seguiré leyendo.
    Un saludo

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  3. Hermoso blog, se nota que UD tiene experiencia, sabe tratar los temas con seguridad y conocimiento. Un gusto estar en su rincón.
    Saludos
    carmesí

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