Hace poco un
lector que se identificaba simplemente como mujer, hizo la siguiente pregunta:
¿Cuál es el proceso que un hombre dominante suele emplear para
mantener encendida la llama de la sumisa?
En primer
lugar, creo que el mantenimiento de una relación D/s es una calle con dos
direcciones. De la misma manera que el poder fluye entre el dominante y la
sumisa, de igual modo, el conducto que transporta esa energía (por ejemplo, la
relación) requiere un mantenimiento y renovación continuados.
Para el
dominante, este puede tomar diferentes formas. En cuanto a mí, soy un gran
creyente de la formalidad de una relación D/s. Aunque intento no estar
demasiado abochornado con esto, siento que una de las maneras de que una mujer
reconozca que está en una tipo de relación especial conmigo y de que yo no la
veo como vería a otras mujeres, es debido a la manifiesta formalidad en la
forma que interactúo con ella. Esto puede incluir tono de voz, la forma en que
se aplican las disciplinas, una cuidadosa atención a las tareas que son
realizadas por la sumisa, etc. Pienso que la formalidad es una buena idea,
porque requiere que el dominante sea consciente de lo que está haciendo en todo
momento.
Por supuesto,
la formalidad no es la única opción. Hay otras muchas. Por ejemplo, una puede
requerir que una sumisa desarrolle ciertos rituales o disciplinas de gratitud,
no solamente cuando se les da una tarea, sino, incluso, cuando las asumen por
sí mismas. Se le puede requerir a la sumisa que pida permiso para actos
sencillos, tales como ir al baño, comer o, incluso, pedir permiso para
masturbarse. Todas las exigencias actuarán como un refuerzo en curso para la
sumisión de la mujer. Otra, pudiera ser también, el subir un punto la hebilla
del collar al obligar a la sumisa a tener puesto el collar 24/7 días o, tenerla
tatuada, etc. De esta manera, ella es mucho más consciente de a quién le pertenece.
Algunas
mujeres me han dicho que, incluso, desarrollando tareas domésticas mundanas
pueden reforzar su sentido de la sumisión. Hacer la colada, preparar la comida,
limpiar su habitación, etc., todas estas tareas tienen un significado especial
cuando deben ser realizadas de una cierta manera y ella sabe que él lo
comprobará más tarde.
La clave está
en la revisión. Como he dicho en otro momento, si el dominante no asume su
responsabilidad en serio y no está dispuesto a comprobar el trabajo de ella,
asegurándose que está hecho adecuadamente y a su satisfacción, entonces hay
muchas posibilidades de que ella se sienta abandonada y la fiebre de la sumisa
arderá con una intensidad más baja. En ciertos casos, se puede hasta apagar.
La sumisa
también tiene un papel que jugar si ella quiere mantenerse caliente, marchosa y
necesitada. Debe aplicarse en sus tareas y disciplinas. Ella debe colocarse
enfrente de su dominante para su examen y aprobación. No debe tomar decisiones
a largo plazo. Debe intentar y cultivar una mentalidad que la mantenga en un
espacio de sumisión. Ella debe exponer sus problemas y preocupaciones a su
dominante. Debe estar preparada para expresar tanto sus necesidades como
también sus temores.
He escrito
antes estas cosas. No hay una fórmula mágica y ninguna bala de plata. Una
relación D/s se mantiene con trabajo duro por ambas partes, una honestidad
valiente, una profunda confianza y un sentido de lo espiritual. Si una parte se
siente como que pasa desapercibida, entonces, tiene la responsabilidad de abrir
la boca y decírselo a la otra persona. De lo contrario, las cosas se
desmoronan.
Felizmente, si
bien se requiere un esfuerzo para mantener una relación D/s en marcha, el
trabajo no es una carga onerosa. Después de todo, no debería ser un problema
romper las normas de vez en cuando, ata a tu mujer a algo firme, expuesta, e
impón tu estilo de actuar con ella, ¿podría ser?
Al igual que
un animal doméstico, la sumisa necesita que la cuiden. Trátala bien y ella
permanecerá fiel, ardiente y con muchos deseos de complacer.
Una mujer sumisa siempre deberá sentirse dominada, controlada y protegida. En ese aspecto el dominante no puede bajar la guardia. Me quedo con la última frase de este artículo, sintetiza perfectamente la esencia sumisa.
ResponderEliminarUn saludo Señor!
marita, tus comentarios tan acertados como siempre. En el fondo, la sumisa es como un animal doméstico, no cuesta nada mimarla para que nos ronronee...
ResponderEliminarGracias por seguirme
Ben Alí
"La clave está en la revisión"... "Dominada, controlada y protegida" TOTALMENTE de acuerdo... Esa es la magia de ser sumisa y hacer cosas para complacer a el dominante... si nadie va a ser complacido para que se hacen? y para saber eso hay que mirarlo y hacer el reforzaamiento positivo o negativo pertinente...
ResponderEliminarPersonalmente a mi como sumisa, tal cual como una mascota de entrenamiento me gusta que me reprendan si no hago las cosas bien, pero tambien que me digan cuando las hago bien, es la manera de saber que lo que hago tiene un fruto y me estimula a hacer mas y mejor...
"La clave está en la revisión"..."Dominada, controlada y protegida..." En una palabra, control, control y control con todas sus consecuencias y todos los matices que conlleva un control...el control ya supone un interés importante del Dominante por su sumisa y crea una magia que refuerza el flujo de la energía de ambos en dos direcciones...
ResponderEliminarBuen día,
Ben Alí