Así
pues, ¿quieres que te diga cómo puedes saber si eres una mujer sumisa o no?
Preguntarle a alguna persona si eres sumisa es como preguntarle a un ciego de
qué color es tu vestido. ¿Hay algún indicio mágico en Internet que pueda decir
que eres sumisa o esclava? Lamentablemente, no y no creo que tampoco a algunas
mujeres les gustara escuchar esos indicios sobre ellas, si existieran. La
sumisión no es algo que se pueda encontrar en un libro de autoayuda o en un
profesional de la psicología. La sumisión es una llamada, una vocación.
No,
no es el mismo tipo de vocación de la que habla la religión, sino similar.
Algunas personas encuentran la sumisión como una forma natural de vivir; algo
que les llega a ellas de una manera fácil y sencilla. Ser una sumisa natural
significa que tienes algo innato e inherente en ti misma que te predispone
hacia la sumisión. Otras mujeres tienen que aprender sobre la sumisión paso a
paso. Otras han escrito en sus propios blogs sobre su aprendizaje a ser sumisa
a través de sus propias experiencias. Cuando sientes dentro de tí que eres más
feliz cuando te sometes a un hombre, es cuando realmente te das cuenta que eres
sumisa. No hay ningún secreto en ello.
Escuchar
tu propia voz interior, tiende a ser la cosa más dura. Es probable que hayas
llegado a este blog porque alguien te dijo que eres sumisa y quieres saber más
sobre la sumisión (o Dominación y sumisión) o has escuchado esa voz interior y
tienes esa curiosidad innata por saber lo que significa. Espero que estas
palabras te puedan ayudar a salir de aquí con una cierta comprensión de la
sumisión y cómo saber si eres sumisa o no.
Tu
propia voz te llevará a reflexionar, no dudes sobre ello. Confía en mí, cuando
digo que no puedes ser sumisa si no tienes las inclinaciones básicas para servir y
el placer emocional de estar disponible para servir. Una vez que tienes esto
claro, estarás bien situada para saber que eres sumisa.
Vamos
a echar un vistazo a los cuatro siguientes espacios para ayudarte a determinar
si eres sumisa o no. Sin embargo, el aplicártelos, te ayudarán a trabajar en pro de
tu propia situación personal.
Saber
que eres sumisa, te crea un aspecto mental sobre ello. Cuando piensas en servir
a los demás, ¿te sitúas en una posición pacífica? Si sientes que es como algo
lógico hacerlo, probablemente, lo seas. Cuando una mujer descubre que es feliz
siendo sumisa, normalmente, deja de luchar contra ello y acepta ser feliz.
También
puedes tener una conexión espiritual con la sumisión. Muchas veces,
algunas sumisas describen la conexión
con su dominante como si estuvieran orando. Sienten una especie de poder de
conexión cuando le agradan. Usted
puede tener una sensación de felicidad muy completa y feliz al pensar o
participar en servirle.
El
conectar con la sumisa interior puede tener también una respuesta emocional.
Puedes llorar sin control o sonreír tanto y tan a menudo que hasta tus mejillas te
pueden llegar a doler. Hay una señal clara de que eres sumisa, cuando puedes considerar que estás al servicio de
otra persona y que tu corazón te duele por necesidad. Su respuesta emocional
puede ser normalmente la respuesta más fuerte a los estímulos de sumisión que
seas capaz de experimentar.
Por
último, cuando eres sumisa, desarrollarás una respuesta física a la dominación
ejercida sobre tí. Para muchas sumisas, esto es la excitación sexual, pero
pudiera ser también la necesidad de obtener una respuesta física y hacer algo
para acércate más hacia esa dominación. Muchas sumisas han tenido momentos, en los cuales, se sentían
perfectas cuando solamente escuchaban el impulso primario al arrodillarse o
al besar la mano de su Dominante o hacer algo para servirle.
Sentir
todas estas cosas en un momento u otro, normalmente significa que tienes una
mentalidad sumisa. Puede suceder todo a la vez, pero, en los momentos que
suceden, deberías intentar de alimentarlos. Desarrollar un servicio que puedas
ofrecer a alguien más, como el voluntariado y, desde luego, si además, exploras
una relación con la Dominación y la Sumisión en su núcleo. Puedes llegar a descubrir
la vocación que estabas oyendo en tu interior, de una manera u otra… o todo
lo anterior. Pero, solamente, tú puedes
saber si la sumisión es el camino correcto para tí.
La propia aceptación de la sumisión no es fácil, al menos para mi no lo fue, es un camino largo y lleno de aprendizaje, sobre la D/s y sobre nosotras mismas, que no termina nunca, siempre hay un paso más que dar, puedes intentar acallar esa voz interior, no hacerle caso pero eso no sirve ya que siempre vuelve, animándote a descubrir y a aceptar y cuando por fin decides escucharla y aceptar tu vocación te sientes liberada, sientes que este es tu camino y ya solo queda servir.
ResponderEliminarGracias por la entrada, me ha encantado tu manera de explicarlo.
Un saludo Ben Ali.
buttercup
Hay muchas respuestas a la pregunta de este post, pero, la básica y más importante, es descubrir la necesidad interior de servir. A partir de esta respuesta, el ámbito de la entrega y los matices de la misma, es enorme...
ResponderEliminarMe ha gustado tu comentario y vivencia personal...
Saludos,
Ben Aíl
Es una pena que haya que mantener oculto tu condición de sumisa, porque no es algo para avergonzarse,aunque los demás lo vean así, y para mi es todo un orgullo ser lo que soy
ResponderEliminarmantener oculto? si, claro. No es cuestión de avisar a todo el mundo. Pero la sumisión se hace en la relación, en su interior, se vea fuera o no. Los demás a quién le importan?
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