Una
vez, le pregunté a una sumisa, y masoquista, con la cual tenía una relación
desde hacía mucho tiempo, cuánto me amaba… ¿cómo podría cuantificar su amor por
mí? Ella se puso a pensar sobre lo que es el amor de verdad. ¿Cómo explicarlo
con palabras? Yo tenía toda la razón. No hay manera de expresar el amor con
palabras.
El amor
son muchas cosas y yo le había enseñado mucho acerca de ellas. La lujuria lo
consume todo. Puede devastar tu cuerpo y torturar tu mente y, con demasiada
frecuencia, la lujuria y el amor se confunden. Ella no estaba segura de que
pudiera enamorarse de alguien sin la lujuria. Ella me quería muchísimo. No había
duda sobre esto.
Yo era
el sujeto de todas sus fantasías diurnas. Ella se daba cuenta de que su mente
vagaba pensando en mi tacto, mi olor y se consumía en un deseo brutal. Algunas veces,
me decía que no podía sentarse cómodamente por lo hinchada y húmeda que estaba
y se preguntaba: “¿Es esto amor?” Yo no lo creo así. Sospecho que es carnal y
primario, pero no…no es amor.
Por lo
tanto, ¿cómo podía saber ella que me amaba? Lo sabía porque cuando pensaba en
el dolor que yo le había causado, no podía evitar que sus lágrimas cayeran y no
podía dejar de llorar con sólo pensar que no me pudiera tener.
Ella
sabía que si me perdía, lo perdería todo. Este pensamiento la aterrorizaba. Sabía
que no renunciaría a nada que yo la pidiera si ello me hiciera feliz, incluyéndome
yo mismo. Ahí es donde está el amor. El amor está en saber que si ella
estuviera fuera de mi vida, si fuera mejor para mí, se sentiría nueva por
completo y, entonces, se alejaría de mí caminando sin mirar nunca para atrás…y
ella se perdería para siempre. Esto es amor.
Yo tampoco podría definir el amor, solo sé que la lujuria, el deseo, la humillación, el sexo... se viven de una manera infinitamente mejor y si hablamos de dolor, la única tortura que existe son los días en distancia, crueles y eternos
ResponderEliminarEl amor huye del dolor. Creo que la sumisa sí ama,pero el dominante no ama a la sumisa,simplemente la usa para su placer.
ResponderEliminarEl verdadero amor no crea dependencia sino lo contrario: da libertad.