domingo, 29 de diciembre de 2013

Sumisión

Cualquier hombre puede agarrar a una mujer por sus cabellos. Tirarla sobre la cama y desnudarla rasgando sus ropas. Con toda seguridad, podrá atarla, llamarla puta y tener sexo fuerte con ella. Pero, eso no es dominación. Eso es sexo duro y tal vez, incluso sexo violento. Y si ella está en ello, puede ser hasta divertido. Pero eso no es la verdadera dominación.


La verdadera dominación es la habilidad para susurrarle su orden en voz baja en su oído y observar cómo ella se desnuda obedeciendo. Metódicamente, prenda a prenda, una tras otra. Viendo cómo ella se arrodilla ante usted ofreciéndose por completo a usted. Voluntariamente, sin vacilación o reserva, ella le mostrará su yo más vulnerable, sin turbación o vergüenza. Y usted sabrá que nada la hace más feliz y, entonces, usted será feliz.

2 comentarios:

  1. Esa voz que creo escuchar, pero que en realidad biene de las profundida de mi mente donde mi fantasma reniega de los limites que me separan de el, encontrarme con su voz y callar la mia me da la ilusion de poder liberarme de tan dolorosa libertad...zoraya gracias.

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  2. Es impresionante tu comentario, zoraya...

    Saludos

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