sábado, 21 de noviembre de 2020

Comprendiendo a las sumisas

   De acuerdo, hay veces que no sé que escribir y sufro, inclusive, a pesar de prometer a algunas amistades que lo haría, pues mis intenciones siempre han sido buenas. Esta madrugada, en silencio, y ante la pantalla del ordenador, recuerdo la charla con aquella sumisa tan temperamental.

 “Me pregunta usted, Ben Alí, cómo va mi relación. La relación con mi Amo actual marcha a buen ritmo, aunque tal vez, cambiando a medida que avanzamos a mejor  hacia las nuevas necesidades e intereses que descubrimos a diario,  ajustándolos para dar cabida a las peculiaridades de la personalidad, estados de ánimo y estilo de vida. Va todo muy bien.”  

En sus momentos más tranquilos, aunque son raros actualmente, ella ha estado reflexionando muy activamente sobre su sumisión. Cómo ha evolucionado en el tiempo, de una relación a otra. (Antes de separarse, ella tuvo una relación D/s con un vecino que terminó a los ocho meses, y recientemente ha iniciado otra). De forma sutil, significa que las cosas son un poco diferentes para diferentes personas. Pero, en las maneras más obvias, estaban sincronizados. Eran las diferencias las que le intrigaban, los matices.

 Uno de los temas que dieron lugar a la conversación, fue en torno a la fuerza de la sumisión. Sobre su fuerza y, a veces, su fuerte personalidad, para ser más específico. Todos sabemos que las sumisas son mujeres muy fuertes. Con esa fuerza, es como son capaces de tener tanto que dar de ellas mismas. Si no fuera por esa fuerza, no tendrían nada que dar. A nadie. Así pues, para que nadie suponga que las sumisas son débiles, tímidas o sin una buena columna vertebral, bueno, simplemente están desinformados.

“Actualmente, no creo que me haya encontrado nunca a una mujer sumisa realmente sumisa. De verdad, Ben Alí. ¿Una sumisa tímida? Nunca me encontré a ninguna. ¿Un felpudo? Nunca me encontré a una de esa clase. O, por lo menos, si yo lo he sido, ya me he olvidado de ello, lo cual es una de tales trampas. Soy olvidadiza. La red de redes no iguala a la sumisión en cualquier nivel,” me dijo. 

“Cuando alguien me responde a algo, he dicho algo como “eso no es una respuesta muy sumisa” o “eso no es una cosa muy sumisa a decir,” yo siempre tengo la polla en mi cabeza y miro a esa persona con un “¿eh?” Ahora, existe “una respuesta sumisa” (sea la que realmente sea…) y existe una respuesta respetuosa. Siempre he intentado ser respetuosa con todo el mundo, no solo con mi Dominante. Es como yo quiero tratar a la gente en general. Pero, ¿una respuesta sumisa? ¿Qué es exactamente eso? En mi mente, es la mejor cosa para arrastrarse a continuación, que es lo que he sabido hacer una o dos veces. Pero, esto no es realmente lo que soy.”

Conociéndola como la conocía y, a pesar de ser tan arrogante como pueda parecer a simple vista, una gran parte de su atracción radicaba en su fuerza. Había tenido que ser muy fuerte en su vida. En general, las mujeres tienen que ser fuertes a pesar de su identidad sexual. Estoy convencido de que el mundo que existe para las mujeres es duro. Si ella no enseña un poco su “columna vertebral,” la vida la llevará hacia abajo y la sacará de una patada. 

¿Crees que ella es la única persona, la cual piensa que la inteligencia en las mujeres es, a veces, confusa con la dominación, en contra de que a ratos ella asume que no es sumisa? ¿Crees que su inteligencia y fuerza vienen a través de los “cojones”? O ¿que es una “mandona? Solo porque ella sea fuerte e inteligente no la hace ser menos sumisa. Si, como Dominante, olvidas la sumisa sincera que hay en ella, entonces, la has perdido por completo.

Ella tiende a no tomar a la gente por mierda y, en el trabajo – es una jefa de enfermería – es firme y en su cargo, responsible. Ha perfeccionado el arte de decirle amablemente a quien se lo merezca “que se vaya a la mierda.” Pero, ¿esto la hace ser menos una sumisa sincera? Por supuesto que no. 

Detrás de las puertas cerradas y en sus relaciones muy personales, ella es una mujer sumisa. Esto no la hace ser menos que cualquier persona. La hace fuerte. Más fuerte que la mayoría de las mujeres.

Algunas veces, la parte más dura es conseguir traspasar la palabra “sumisa.”

 

2 comentarios:

  1. No se trata de inclinar la mirada y decir a diestra y siniestra "Sí, Señor", eso no te hace más sumisa.

    Un abrazo

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  2. Para nada,la sumisa tiene que ser coherente con su condición y sentirse siempre libre para actuar y comportarse de acuerdo con el compromiso y entrega a su Dominante.
    Salud y buen día

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