jueves, 18 de marzo de 2021

Cuando los términos humillantes y degradantes la excitan

La palabra “coño” es un tabú en la sociedad. De hecho, es una de las pocas palabras que provocará que una empresa de TV utilice su “beeper,” incluso después de romper aguas. “Coño” no era una palabra que realmente figurase en el vocabulario de esa sumisa hasta hace un par de años. Si alguien le hubiera dicho en aquella época que fácilmente, y de buena gana, se referiría a sí misma como el coño de su Dominante, o este coño, entonces ella se hubiera reído en su cara.

 

Ella había pasado un proceso de aprendizaje masivo sobre sí misma, un proceso que apenas estaba empezando a reconocer. En primer lugar, se trataba de aprender a referirse a sí misma en tercera persona, como esta chica. Para empezar, el hecho de que su Amo se refiriera a ella en todo momento, de esa manera, fue difícil que ella se acostumbrara. Al usar esa terminología para referirse a sí misma, fue aún más problemático. No es difícil pensar y escribir “esta chica,” pero decirlo en voz alta en una conversación normal, es más desafiante.

 

Pero, a lo largo de los meses, ha descubierto gradualmente que puede convertirse en la norma, cuando la otra persona en su relación siempre use esos términos. Pero usar palabras, que alguna vez considerara despectivas para describirse a sí misma, requiere algo de tiempo para acostumbrarse.


Para empezar, una vez en un lugar, inducida por el sexo y el orgasmo, ella se sentía bien llamarse a sí misma puta, o perra, o incluso coño. Pero, generalmente requería que su Dominante dirigiera la conversación, y que le repitiera quién era ella. Al poco tiempo, eso suele cambiar.


“Siento que estoy empezando a aceptar mi sitio en nuestra relación. Soy su sumisa, su propiedad. Lo que, es más, soy esa guarra – mi conducta con él es guarra y lo que es más, me encanta ser esa puta. Pero no soy solo su puta, actualmente reconozco que mi cuerpo es suyo y soy su perra. Esta misma mañana durante el sexo, mi instinto animal se hizo cargo y ambos tuvimos claro que, en ese momento yo era su perra – no sólo actué de esa manera, sino que le dije sin preguntarle que yo era su perra.”


Durante las últimas semanas, también parece que ha comenzado a abrazar el coño que lleva dentro. Siempre está lista para Él, para ser tocada, pero también para ser follada. Los agujeros que viven dentro de ella, pero que le pertenecen por naturaleza, son de Él. Ella es su coño, ya sea el coño boca, el coño coño o el ano coño. Eso es lo que ella se siente y dice ser, y está orgullosa de ese hecho.


Este viaje ha sido emocionante y excitante, pero a veces, muy difícil. Ella duda de que alguna vez deje de aprender a ser sumisa de su Amo, pues tiene muy claro que el lugar en el que está ahora, es como Su coño. Lo que, es más, los términos en los que solía sentirse humillada son ahora la norma. No son palabras, son la realidad de ese coño, esa sumisa. Es más, la excitan.


De alguna manera, esto ella lo siente como un círculo vicioso.

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