Para una sumisa, sexy es...

Sexy es esa mirada en los ojos de él, cuando ella dice no. La sonrisa lenta y fácil que se extiende por sus labios, mientras avanza por la habitación hacia ella y la forma en que él se ríe, cuando ella empieza a retroceder.

 

Sexy es estar siendo acorralada, su espalda contra la pared, y las manos del Dominante alargándose hacia ella.

 

Sexy es la emoción de ese momento, su promesa, en modo de venganza.

 

Sexy es su boca sobre el cuello de ella, sus manos agarrando sus muñecas, ajustando las cuerdas, el sonido del cinturón deslizándose por las trabillas de sus pantalones.

 

Sexy es la lucha dentro de ella, el desafío que corre por sus venas en marcado contraste con el deseo que late entre sus muslos.

 

Sexy es esa mirada que ella le da, la que dice no ceder y que destella en sus ojos, a pesar de que está indefensa, atada por sus muñecas, y asegurada en el techo.

 

Sexy es la fría presión del acero contra la carne de ella, mientras él corta las ropas de su cuerpo y las palabras de advertencia susurradas, que le dicen que no se mueva.

 

Sexy es ese momento en el que él da un paso atrás y admira su trabajo práctico, la sensación de sus ojos en ella, mientras que ésta contempla lo que viene a continuación.

 

Sexy son las manos de él sobre ella, explorando y provocando, el primer mordisco del cinturón, el golpe fuerte de la fusta, la danza del dolor y el placer.

 

Sexy es el calor, las lágrimas, los llantos y gemidos.

 

Sexy es su cuerpo contra el de ella, la presión dura de su polla entre sus muslos, el momento en el que la coge, la llena y la consume, sus dedos buscando su clítoris.

 

Sexy son los orgasmos estremecedores, la corriente de esperma, fluida y pegajosa, el latido de su coño, la lucha desesperada, y sin aliento, para dar y recibir.

 

Sexy es el momento, cuando él la atrapa entre sus brazos mientras cae, la manta cálida, la tierna caricia, la seguridad de su abrazo, las palabras susurradas de amor y devoción.

 

Sexy es su inteligencia, humor, fuerza, conocimientos, sabiduría, conexión y diversión. A veces, lo sexy es suavidad, gentileza, ternura, parsimonia y otras cosas. Lo sexy es oscuridad, peligrosidad, absorción y sin aliento. La lucha por el poder.