jueves, 20 de junio de 2013

El juego de la edad

Cuando Marilyn Monroe canta: “Mi corazón pertenece a mi papi,” hay alguna ambigüedad, aunque quizás, no mucha. Sí, es posible que ella sea solo una hija obediente expresando su afecto. Pero, por la expresión de su cara y su voz burlona, asumimos que hay algo más de lo que ella está cantando. Tal vez, sea un papi dulce (ella también canta que los diamantes, después de todo, son los mejores amigos de una mujer). Pero, podría ser simplemente ese hombre familiar, pero siempre un personaje ligeramente dudoso, un hombre más mayor…

Yo no he hecho un estudio estadístico, pero está claro que, en realidad, a algunas mujeres sumisas, les gustan los hombres mayores. Quizás, exista la sumisa ocasional que, incluso, los prefiera. Es difícil de decir si esta preferencia está realmente relacionada con su sumisión. Obviamente, depende de la mujer. Y de muchísimas  otras cosas también; después de todo, a algunas mujeres vainillas también les gustan los hombres mayores. Y depende de lo que quieras dar a entender. Hay hombres mayores y hay hombres viejos. La edad, tal como la conocemos, no es sólo como está en tu certificado de nacimiento. Es principalmente de cómo está en tu cabeza. Algunas personas nacen viejas. También es relativo. Para una mujer de veinte años, un hombre de cuarenta es mayor; incluso, tal vez, un hombre de treinta. Si ella tiene cuarenta años, entonces, ¿a quién considera ella mayor? ¿A un hombre de sesenta?

La pregunta interesante es, hablando por mí mismo como hombre mayor, (ahora, hay una golosina interesante para ustedes, queridas lectoras), ¿por qué una mujer prefiere que haya una cierta diferencia de edad? He oído decir (y, por supuesto, me ha encantado oírlo) que los hombres mayores tienen más experiencia, son más maduros en sus emociones, más fiables, menos volátiles. Son más propensos a apreciar lo que una mujer puede ofrecer, no es que ellos tengan que coger lo que sea, sino que ellos conocen el valor del cerebro al igual que el de la belleza, de la sinceridad al igual que el de la sensualidad. Y si una mujer es sumisa, puede ser que atribuya al hombre mayor más autoridad que es lo que ella está buscando.

Estas observaciones sobre lo que el hombre mayor tiene que ofrecer, pueden o no pueden ser exactas. Obviamente, no soy un observador imparcial. Pero, existe un tema aparte sobre la edad. Existe la diferencia de edad y existe el juego de la edad. Todas mis parejas sumisas han sido bastante más jóvenes que yo. Pero, en nuestras relaciones del día a día, no creo que esto fuera de una manera habitual un problema. La mayoría de las veces, yo apenas lo noté; ni creo que ellas tampoco. Nosotros éramos solamente dos personas. Pero, el juego de la edad es un tema diferente. Ahí, estás erotizando deliberadamente la diferencia de edad (la cual, por supuesto, puede ser puramente una invención). La mujer se anima a expresar sus fantasías de ser una niña pequeña. Puede ser hasta que se vista de colegiala, quizás, peinada con cola de caballo, ropa interior de algodón, calcetines blancos y así todo. O, puede ser que ella quiera jugar incluso como si tuviera menos edad. A ella le gusta actuar como una inocente, ser seducida por un hombre mucho mayor sin escrúpulos, que la “fuerza” a hacer cosas que se supone que las niñas buenas no hacen. O existen cosas “malas” que ella necesita saber ahora que está creciendo  y él se las va a enseñar. Ser seducida por un hombre mayor puede conseguirse con una combinación de amenazas y recompensas. O, tal vez, ella tenga que admitir que ya ha sido mala y ha dejado que los niños le hayan hecho cosas que están prohibidas, robar besos y cosas peores. Las niñas, después de todo, no son siempre tan inocentes.

Lo que sea. He actuado en esos escenarios más de una vez y algunas mujeres los encuentran increíblemente excitantes. Es más inquieto, pero, por supuesto, con nosotros, la gente perversa siempre forma parte de la atracción. Mentalmente, tengo muy claro en dónde están los límites. No creo que el juego de la edad tenga algo que ver con el abuso infantil, de la misma manera que el spanking no tiene nada que ver con la violencia doméstica, a pesar de esto, puede crear confusión en la mente de la gente ignorante y llena de prejuicios. No creo que si una mujer en una relación D/s, llama a su dominante “papi,” esto sea un incesto del poder, aunque podría ser una forma de trabajar algunos temas en esa área. No estoy seguro si yo me sentiría completamente cómodo llamándome a mí mismo “papi.” Yo preferiría actuar como “tío” o bien como un viejo pícaro (Amo o Dominante, por ejemplo).

Mi sentido de lo que está en peligro en el juego de la edad, es que es, parcialmente, una variante muy particular, en general, del juego de poder en la D/s. Al convertirse en una niña, ella se absuelve de toda responsabilidad de lo que pueda suceder y es aliviada de la necesidad de tomar iniciativas. No está relacionada, creo, con el escenario de la violación o la fantasía de un secuestro, que es muy poderosa, aunque a menudo reprimida, la cual forma parte de las fantasías de las mujeres, tanto vainillas como de la D/s.


Pero, no se trata solo de ceder el poder, porque sé que es un hecho de que las niñas también quieren ser atendidas, quieren saber cuánto son de queridas, quieren ser mimadas, quieren ser acariciadas. Algunas veces, les gustaría que su tío les diera un baño y les lavara la cabeza, tal vez hasta pintarles las uñas de los pies, vestirlas para ponerlas de dulce y bonitas. Y luego, si ella es muy, muy buena, pudiera tener un tratamiento muy especial.

2 comentarios:

  1. Siempre me he sentido atraída por hombres mayores que yo, tanto con parejas vainillas como dominantes, y realmente no me imaginé jugando con un Amo o spanker más joven que yo. Un hombre joven también puede demostrar autoridad, pero la protección emocional que te brinda un hombre maduro y la brillantez intelectual lo hace irresistible,ojo, no quiero decir que todos los maduritos tengan una mente maravillosa, eso es algo que no se adquiere con la edad, pero claro yo tengo un Amo maduro al que admirar (no hay gran diferencia de edad entre nosotros, pero me gusta que sea mayor que yo) no sólo por sus dotes de liderazgo sino porque me estimula y me sorprende intelectualmente, es mi cómplice , me protege y me respeta, todo eso lo hace, aún más seductor y la verdad que me tiene enganchaita a él.

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