lunes, 12 de octubre de 2015

Inventario de mis implementos: La cane

Puede haber mujeres sumisas que no hayan probado todavía la cane. Pero no puedo creer que no hayan pensado en ello con una mezcla de miedo y fascinación. Es, ¿no es así la última arma en la armería del Dominante? Puede haber otros implementos que hagan tanto daño (aunque todavía tengo que descubrirlos), pero ninguno de los cuales tiene la mística suficiente.
¿De dónde procede el aura de la cane? En parte, se deriva de un hecho de base sólida que, propiamente esgrimido, puede impartir un impresionante nivel de dolor y es capaz de dejar moratones que, dependiendo de la susceptibilidad de la sumisa, pueden durar días e incluso semanas. La cane entrega su fuerza concentrada altamente en una zona. Es delgada, y por eso el efecto no se difunde como el de un cinturón o una tawse. Y debido a esto, el dolor es penetrante. Parece ir derecho al sitio a través de la carne hasta alcanzar el núcleo por debajo de la misma, la licitación, el palpitante corazón de la pobre y temblorosa sumisa.
Tal vez, parte de su mística derive de su historia. Tradicionalmente, la cane ha sido, junto con el látigo, el implemento elegido para fines judiciales. En algunos países sumidos en la ignorancia, está todavía en uso. Afortunadamente, en el mundo civilizado apenas hay eco de su uso en la pena legalmente aplicada. Para los hombres de mi generación, está asociado principalmente con el director de los centros de enseñanza ingleses. Un implemento colgando detrás de la puerta o, tal vez, escondido en un cajón y presentado con la debida solemnidad. “Seis de los mejores” tiene tal arraigo en las chicas que todavía tiendo a azotar en ráfagas de seis, con suerte, seguidos por seis más.
En cierto modo, la cane es más fácil de manejar que el cinturón o la tawse, que al ser flexible, no es tan controlable y que, si no eres experto, puede aterrizar en el borde y no de lleno, produciendo así el efecto cortante que puede ser más de lo que usted desea. El único problema con la cane es asegurarse de que usted azota el lugar correcto, porque si no es así, y el golpe es demasiado alto, se corre el riesgo de golpear el coxis y eso es muy desagradable.
No voy a discutir sobre la longitud ideal para una cane o de lo gruesa que debería ser o de los materiales más adecuados (aunque, yo prefiero sólo las de bambú). Cada uno elige la que la gusta. Tampoco voy a expresar una preferencia por el método. El azotar con la cane en frío tiene sus defensores. Lo sé, aunque creo que contra más calentamiento ella reciba, más golpes podrá absorber. Pero cada Dominante debe experimentar para conseguir los mejores resultados.
Tengo la sospecha que ninguna mujer siente que se ha ganado de verdad sus espuelas de sumisa hasta que ha sido objeto de la cane. Yo tiendo a tener ese punto de vista. La mano, el cinturón o lo que sea, son cosas deliciosas de usar sobre un trasero que invita a ello. Pero, siempre estoy buscando a la mujer para graduarla en la cane. Eso es cuando las cosas se ponen serias.

2 comentarios:

  1. A estas alturas ya no me asombro de lo bien que puede interpretar las sensasiones de una sumisa y de los ecos que produce en su interior, y específicamente en mí cuando leo "seis de los mejores" y es que sólo he visto la cane en mis sueños, aún sin conocerlo...

    Gracias por descripción, en lo particular estoy maravillada.

    Cindy

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