Quieres
oír mis palabras resonar dentro de tu alma.
Sentir
latir tu corazón con fuerza.
Saber
que se acelera cuando mi voz carena el aire de la noche.
Me
dices que te mire a los ojos.
Las
ventanas de tu alma están desnudas ante mí, en deuda con mi mirada.
Toco
tu piel.
Ondas
de choque vibran a través de tu carne en cada momento, mi cuerpo sobre el tuyo.
Beso
tus labios.
Permanezco con calma en tu
abrazo apasionado, jirones de mi deseo cayendo en cascada a tu alrededor.
Por el momento, una sola
despedida es una más. Se hace eco de una eternidad sin tenerte cerca. El anhelo
impregna mi espíritu. Pronto se supera con un antojo que sólo tu caricia puede
saciar. Nunca supe del hambre hasta que te conocí.
Despojada de tu orgullo, de tus
paredes, de tus ropas, y desnuda y ansiosa, de pie delante de mí. Todo lo que
eras, ha dejado de ser. Abrumada por todo lo que somos ahora y para siempre.
La noche sin luna susurra
suavemente, como testimonio de ese momento de gran alcance, cuando caes en mis
brazos con una ingravidez plumosa.
Nuestras almas entran en
contacto cuando nuestros cuerpos se unen, ondas de nuestras ardientes
efervescencias en los vientos del sur que soplan a través de tu espíritu.
La piel reluciente y las voces
que se levantan en un unísono hermoso, te asomas profundamente en tus ojos,
mientras cumplimos la promesa de amor eterno.
Tú misma te pierdes, congelada
para siempre en ese momento, echando tu cuerpo hacia el manto del placer
culminante y con un abandono imprudente.
La oscuridad proyectando su
serena sombra sobre las horas del crepúsculo, salvo el resplandor incandescente
de nuestro nido de pasión.
En medio de las estrellas
fugaces y el asombro mercurial de los cielos de arriba, nos robamos el corazón
de la noche en esos momentos preciosos.
Al explorar cada centímetro de
tu piel flexible y suave, penetré tus secretos más oscuros con embestidas
primarias que catapultaron tus sentidos al olvido.
Inmersa en tus ojos, mientras
yo corrompía tu deliciosa inocencia, el brillo suave del matiz del amor besaba
tu corazón en ese momento.
En un lugar sin paredes y un
tiempo más allá de la definición, nos fundíamos en las brasas apasionadas de
nuestra noche ardiente.
El amor de un millar de sueños
y un millón de deseos, esa noche en mis brazos, la sellé para siempre con un
beso.
Me confunde Ben Alí...
ResponderEliminarEs que no sé que faceta me gusta más, si el sádico o el romántico.
No. Ya sé. Me encanta el sádico romantico... Y dominante pervertido, además.
Buenos días.
Cindy
Todo esto es muy bonito. Incluso un poco excesivo para mi gusto.
ResponderEliminarLa cuestión es ¿cómo se logra esto?
En mi opinión, equivocada tal vez, pero mía, es que es muy difícil confiar en un hombre que promete todo esto porque.... ¿de verdad puede darlo? ¿cómo?
Disculpas por mi sinceridad
rarita
"Por el momento una sola despedida es una más. Se hace eco de una eternidad sin tenerte cerca. El anhelo impregna mi espíritu. Pronto se supera con un antojo que solo tu caricia puede saciar. Nunca supe del hambre hasta que te conocí".
ResponderEliminarEs delicioso. Muy bello.