domingo, 4 de octubre de 2015

Dí mi nombre

Quieres oír mis palabras resonar dentro de tu alma.
Sentir latir tu corazón con fuerza.
Saber que se acelera cuando mi voz carena el aire de la noche.
Me dices que te mire a los ojos.
Las ventanas de tu alma están desnudas ante mí, en deuda con mi mirada.
Toco tu piel.
Ondas de choque vibran a través de tu carne en cada momento, mi cuerpo sobre el tuyo.
Beso tus labios.
Permanezco con calma en tu abrazo apasionado, jirones de mi deseo cayendo en cascada a tu alrededor.
Por el momento, una sola despedida es una más. Se hace eco de una eternidad sin tenerte cerca. El anhelo impregna mi espíritu. Pronto se supera con un antojo que sólo tu caricia puede saciar. Nunca supe del hambre hasta que te conocí.
Despojada de tu orgullo, de tus paredes, de tus ropas, y desnuda y ansiosa, de pie delante de mí. Todo lo que eras, ha dejado de ser. Abrumada por todo lo que somos ahora y para siempre.
La noche sin luna susurra suavemente, como testimonio de ese momento de gran alcance, cuando caes en mis brazos con una ingravidez plumosa.
Nuestras almas entran en contacto cuando nuestros cuerpos se unen, ondas de nuestras ardientes efervescencias en los vientos del sur que soplan a través de tu espíritu.
La piel reluciente y las voces que se levantan en un unísono hermoso, te asomas profundamente en tus ojos, mientras cumplimos la promesa de amor eterno.
Tú misma te pierdes, congelada para siempre en ese momento, echando tu cuerpo hacia el manto del placer culminante y con un abandono imprudente.
La oscuridad proyectando su serena sombra sobre las horas del crepúsculo, salvo el resplandor incandescente de nuestro nido de pasión.
En medio de las estrellas fugaces y el asombro mercurial de los cielos de arriba, nos robamos el corazón de la noche en esos momentos preciosos.
Al explorar cada centímetro de tu piel flexible y suave, penetré tus secretos más oscuros con embestidas primarias que catapultaron tus sentidos al olvido.
Inmersa en tus ojos, mientras yo corrompía tu deliciosa inocencia, el brillo suave del matiz del amor besaba tu corazón en ese momento.
En un lugar sin paredes y un tiempo más allá de la definición, nos fundíamos en las brasas apasionadas de nuestra noche ardiente.
El amor de un millar de sueños y un millón de deseos, esa noche en mis brazos, la sellé para siempre con un beso.

3 comentarios:

  1. Me confunde Ben Alí...

    Es que no sé que faceta me gusta más, si el sádico o el romántico.

    No. Ya sé. Me encanta el sádico romantico... Y dominante pervertido, además.

    Buenos días.
    Cindy

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  2. Todo esto es muy bonito. Incluso un poco excesivo para mi gusto.
    La cuestión es ¿cómo se logra esto?
    En mi opinión, equivocada tal vez, pero mía, es que es muy difícil confiar en un hombre que promete todo esto porque.... ¿de verdad puede darlo? ¿cómo?
    Disculpas por mi sinceridad

    rarita

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  3. "Por el momento una sola despedida es una más. Se hace eco de una eternidad sin tenerte cerca. El anhelo impregna mi espíritu. Pronto se supera con un antojo que solo tu caricia puede saciar. Nunca supe del hambre hasta que te conocí".

    Es delicioso. Muy bello.

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