Todos hemos recibidos regalos en
nuestra vida. ¿Has pensado alguna vez lo que hace a un regalo valioso para
nosotros? Te puedo decir una cosa, no es la etiqueta del precio, lo que da a un
regalo su valor, es simplemente el valor del dador y el lugar del receptor del
mismo.
Hay un viejo dicho: “¿Qué puedes
conseguir de una persona que lo tiene todo?” La razón por la que lo digo es
atemporal, es porque la esencia del sentimiento es lo que das a una persona, la
cuál ya tiene tanto, que va a ser de algún valor para ella. La clave de esto es
el valor para ellos. Puesto que el valor es a la vez una cantidad monetaria
conocida y tangible y una percepción ambigua de una respuesta emocional hacia
algo.
La razón por lo que cosas como la
pintura, los libros de comics, una foto personal de ella desnuda, las entradas
para un espectáculo, etc., se hacen extremadamente valiosas, es debido a la
escasez del producto y a la inversión emocional que la gente coloca en esos
productos. Un Picasso vale tanto en cuanto que alguien esté dispuesto a
pagarlo. Eso se llama valor justo del mercado.
Ahora, vamos a hablar sobre los
regalos que los dominantes y las sumisas se dan el uno al otro. Se ha debatido
si cualquier conjunto de acciones que uno otorga hacia otra personas es un
regalo o simplemente una parte natural del ser en una relación. Creo que, para
mí, es un regalo, tanto lo que recibo como lo que doy. Aprecio su valor, porque
reconozco la escasez de lo que se está dando y la inversión emocional que se ha
puesto en ello. Tanto los actos de sumisión que mi sumisa realizará bajo mis
órdenes, como los actos de dominación y cuidado que yo le daré a ella.
La razón de mi dominacion es de gran
valor, debido a que no es fácilmente
duplicada por otra persona y porque la valoro y la considero sagrada. Puesto
que yo no la daría con facilidad. La escasez y la calidad de mi dominacion le
da un valor intrínseco por sí misma, pero el valor cuantitativo y real vendrá de
lo que mi dominación signifique para mi sumisa. En los confines de nuestra
relación, ella colocará su propio valor sobre lo que está recibiendo. Del mismo
modo que yo lo haré sobre sus servicios y entrega.
Todos hemos oído a alguien decir que
se siente infravalorado en una relación. Cuando una de las partes se siente de
esta manera, siempre es una situación triste. El lado positivo es que el valor
en una relación está siempre en un estado de cambio y, una vez, que se empieza
a entender cuál es el valor de una persona y lo que la hace valiosa para tí,
entonces puedes trabajar continuamente en incrementar el valor de tus acciones
hacia ambos. La comunicación, el honor y el trabajo juntos, no solamente a la
altura de los dones estimables que ambos constantemente intercambiáis, sino
creando una relación que sea rica por sí misma y hacerla donde ambos la
valoréis, porque se entiende que no se puede encontrar con facilidad y la
inversión emocional que pones en ella (valor perceptivo).
La razón, por la que duele después de
una ruptura, no es sólo por el amor y los deseos que se perdieron, dado que
ambos pierden algo que era un gran valor personal para ellos y deja de ser de
valor para ellos.
Pregúntate lo que vales y encontrarás
a alguien que esté dispuesto a honrarte con su valor y hónralo también y sé
fiel a su valor. Si piensas que alguien es increíble, valioso para usted y le
trae objetivos y alegría a tu vida, muéstrale tu aprecio y vive conforme a
ello. Pues, si existe una cosa que mantiene a las cosas funcionando en la vida,
es cuando se produce un intercambio justo. A nadie le gusta ser estafado, esto
incluye también el intercambio entre las sumisas y los dominantes.
El valor de mi dominación y el amor
que doy es muy alto ante mis ojos, quiero que mi sumisa comprenda ese valor y yo
sienta lo mismo acerca de su valor.
Evalúa al otro y honra su valor.
Trataros el uno al otro bien, siempre.
:)
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